Caso Palau

El fiscal concluye que Millet y Montull expoliaron al Palau 22 millones

  • Emilio Sánchez Ulled detalla que no se ha podido determinar a qué destinaron hasta 9 millones.

El ex presidente del Palau Félix Millet, junto al ex director administrativo Jordi Montull, y la hija de éste y ex directora financiera, Gemma Montull (izda. a dcha.), ayer.

El ex presidente del Palau Félix Millet, junto al ex director administrativo Jordi Montull, y la hija de éste y ex directora financiera, Gemma Montull (izda. a dcha.), ayer. / Efe

El fiscal del caso del Palau de la Música ha cifrado en 22.731.817 euros el expolio de la entidad musical por parte del que era su presidente, Fèlix Millet, y su mano derecha, Jordi Montull, y que se desconoce el destino final de 9 de estos millones.

En la exposición del informe final durante la sesión del juicio de este lunes, el fiscal Emilio Sánchez Ulled ha mostrado un cuadro que resume las disposiciones irregulares en efectivo desviadas del Palau, en total 23.451.575,45 euros, una cifra a la que resta 719.758,45 euros que fueron para pagar en negro a colaboradores.

Así, según sus cálculos, el total de dinero desviado de manera criminal fueron los más de 22 millones, de los que 3.741.898,83 euros presuntamente fueron comisiones ilícitas cobradas por CDC, según el fiscal.

También ha expuesto que la investigación ha permitido destapar que Millet se apropió de 7.021.245,52 euros, Jordi Montull 1.318.443,09 euros, y otros 9 millones siguen teniendo un destino desconocido.

Precisamente de estos 9 millones con destino desconocido, ha indicado en su exposición que está "clarísimo" que los acusados dispusieron ilícitamente de ese dinero.

Ulled ha cargado con dureza contra otros responsables secundarios que permitieron que ocurriera el saqueo de la entidad, como trabajadores del Palau con su "servilismo", auditores, contables y responsables de entidades bancarias.

Mecanismos del expolio

El fiscal ha explicado que los acusados Millet y Montull expoliaron con varios mecanismos, como el cobro de dinero en efectivo a través de cheques en ventanilla que se ingresaban después en la caja de seguridad de Millet y se consignaba en su libro de cuentas personal -incautado durante el registro-, que reflejaba "su ajetreada vida económica con un nivel de meticulosidad envidiable".

Respecto a este método, el fiscal se ha mostrado "estupefacto del grado de indolencia de los responsables de las entidades bancarias" al no dejar constancia de quién cobraba cheques en efectivo de hasta 300.000 euros, lo que contraviene la normativa interna de los bancos y de la normativa antiblanqueo.

"Estas retiradas, a un director de sucursal medianamente constituido debían parecerle sospechosas", ha insistido el fiscal, que ha resaltado que en la Via Laietana barcelonesa podía haber atascos de conserjes -quienes cobraban los cheques- con dinero en efectivo, lo que para él suponía un trasiego inaudito.

Otro mecanismo fueron las obras en sus casas particulares -3,3 millones- que facturaban como realizadas para el Palau modificando los conceptos en facturas modificadas mendazmente que ha mostrado en el juicio: "Un detallito folclórico".

Además, ha destacado que los dos principales acusados se adjudicaron sin ningún derecho unos incentivos -"Llámenle bonus, llámenle botín"- que cobraron primero con cheques en efectivo y después a través de empresas pantalla a nombre de sus esposas: Bonoima, Aysen (Marta Vallès) y Aurea Úrsula (Mercedes Mir).

El fiscal ha lamentado que los acusados cobraran ese dinero extra "porque yo lo valgo" y ha criticado que quisieran tener incentivos por resultados en una entidad sin ánimo de lucro como el Palau.

Además, los acusados destinaron más de 500.000 euros del Palau a viajes exóticos con sus familias a Maldivas, Kenya, Dubai, Pukhet y El Cairo, entre otros destinos, y Millet gastó a cuenta del Palau 164.000 euros para las dos bodas de sus hijas Layla y Clara, que se casaron en la institución musical.

Sobre este punto, el fiscal ha lamentado irónicamente lo que considera clara y patente desfachatez de la justificación que dio Millet de que quería hacer propaganda del Palau como sitio para bodas: "Según él, era la mejor campaña para que todos corriéramos enloquecidos a casarnos en el Palau".

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