las claves

PP y PSOE, hartos de Ciudadanos

  • Distanciamiento. Los dos grandes partidos están cansados de la falta de compromiso de la formación naranja, de sus cambios de criterio y de que se arrogue méritos que no son suyos

La semana pasada, Pedro Sánchez almorzó en La Moncloa con Mariano Rajoy, que lo informó de los datos del Gobierno respecto a los planes de Carles Puigdemont para ser elegido president, la percepción sobre cual podía ser el comportamiento futuro de Roger Torrent respecto a la investidura, cómo encarar el recurso que se interpondría ante el Tribunal Constitucional y cuáles eran las medidas más adecuadas para serenar las cosas en Cataluña. Sánchez expuso su punto de vista sobre su principal problema como secretario general del PSOE: la financiación territorial. Entre otras razones, porque tiene a los dirigentes regionales sublevados porque no les salen las cuentas para gobernar. Al almuerzo no fue invitado Albert Rivera, lo que confirma un secreto a voces: el distanciamiento de PP y PSOE con Ciudadanos (C's).

La desconfianza, incluso animadversión, viene de atrás, no tiene nada que ver con el triunfo en las elecciones catalanas gracias a la captación de votos tradicionales de populares y socialistas, hartos del juego político de C's, de su falta de compromiso, de sus cambios de criterio, de que se coloque medallas que no le corresponden; una de las que más ha irritado, que se presente como promotor del 155 cuando hasta el verano pasado era contrario a su aprobación.

oportunismo

En el entorno de Albert Rivera, que incluye a empresarios y cada vez a más periodistas, se puso el grito en el cielo por el hecho de que Rajoy no lo hubiera informado de sus planes al líder naranja. Algún analista escribió que la exclusión se debía a la negativa de C's de "prestar" un diputado al PP catalán para formar grupo. No era cierto, aunque Rajoy declaró que si se viera en esa situación sí habría cedido ese diputado y voces de PP y de PSOE recordaron que siempre se había actuado con ese tipo de préstamos para dar voz propia a las minorías. Apuntaban que en esta ocasión era incluso una cuestión de la máxima relevancia, porque al no hacerlo se privaba al PP de presentar iniciativas en el Parlament y, por tanto, sería una voz menor entre los constitucionalistas.

Pero no es la causa lo que ha alejado a PP y PSOE de C's. Para los dos partidos mayoritarios se trata de una formación oportunista a la que da igual firmar un pacto con socialistas que con populares. Primero con el PSOE cuando C's logró un excelente resultado en diciembre de 2015, y después con el PP cuando en junio del 16 sufrió una bajada importante que demostraba que a sus votantes no les había gustado ese acuerdo. El PP acepta mal que presente exigencias a Cristina Cifuentes para mantener el pacto de Gobierno en Madrid y no las exija a la andaluza Susana Díaz en la misma circunstancias; como acepta mal que en Granada apoyase al PSOE en una moción de censura al alcalde imputado del PP para colocar en su lugar a un concejal socialista... también imputado. O que ahora exija la dimisión de la senadora Pilar Barreiro, imputada, para aprobar los Presupuestos del Estado. Pide el PP que se espere a la sentencia porque por otra causa similar fue absuelta. C's, sin embargo, se niega.

RTVE, JUECES...

Tanto PP y PSOE, los únicos partidos con experiencia de Gobierno y, por tanto, los que tienen más causas abiertas por corrupción, acusan a C's de no aceptar ninguna responsabilidad de gestión, ni municipal ni regional, aunque se les ha ofrecido en los gobiernos y ayuntamientos, precisamente para mantenerse incólumes en su hoja de servicios: pueden seguir enarbolando la bandera de ser el único partido sin corrupción. Pero, sí han tenido dos casos de grupos municipales acusados de destinar parte del dinero del grupo al partido. Y, lo que es mucho más grave, es el único partido nacional al que el Tribunal de Cuentas ha rechazado los balances presentados, ante lo que C's se ha defendido alegando disparidad de criterios. Sin embargo, portavoces socialistas y populares coinciden en que si fueran ellos los rechazados, sin duda C's presionaría con retirar sus apoyos a no ser que se tomaran medidas punitivas en las áreas de finanzas de los dos partidos.

Esto demuestra que la desconfianza y el desafecto vienen de atrás. Que la formación naranja no acepte responsabilidades de gestión porque, según Rivera, quiere que esta legislatura sirva para coger experiencia, es visto en el PP y en el PSOE como una estrategia para que no se visualicen posibles errores de gobierno porque andan escasos de gente experimentada. Eso se ha visto precisamente en el trabajo parlamentario cuando han presentado iniciativas que demuestran que piensan más en cómo van a recibir los españoles esas iniciativas que en su viabilidad.

Por ejemplo, en la propuesta para elegir director general de RTVE por concurso público no recogían las condiciones de todo concurso público, por desconocimiento o porque no valoraron que esa fórmula era inaplicable en ese caso. Sin embargo, al mantenerla, acusando a PP y PSOE de considerar a España su "corralito", han bloqueado el necesario relevo en ese importante puesto. O, para dar ejemplo de que buscan garantizar su independencia, exigen que los miembros del CGPJ sean elegidos por los propios jueces, pero sin especificar la manera de hacerlo ni tener en cuenta que sin las medidas adecuadas la elección podría ser instrumentalizada por las asociaciones profesionales.

los pge, en el aire

Con estos datos y con los sentimientos de desencanto que confiesan los dos partidos, se comprende que Rajoy y Sánchez se sientan hoy tan alejados de Rivera que no fuera invitado al encuentro para tratar sobre la elección del nuevo president. No existe bloque PP-PSOE contra C's, pero sí desconfianza hacia Rivera, agravada en las últimas horas con la iniciativa de la formación naranja de pedir una comisión parlamentaria para investigar los atentados yihadistas de Cataluña. "Demuestran desconocimiento del trabajo de las fuerzas de seguridad del Estado, deslealtad al pacto antiterrorista y, lo que es más grave, que llevar información al Parlamento sobre cómo se aborda la lucha contra el terrorismo daría bazas a los yihadistas para nuevas acciones. Por no mencionar que los servicios de información de todo el mundo dejarían de pasar información a España", comentaba un parlamentario socialista experto en este tipo de cuestiones.

La incógnita se centra en si el recelo actual hacia C's se va a prolongar, lo que no sería deseable porque es fundamental que se una el bloque constitucionalista, no sólo por el problema de Cataluña, sino porque hay asuntos de la máxima relevancia que no se pueden dejar en manos del independentismo ni de la izquierda radical, y determinadas leyes necesitan mayorías cualificadas.

Rivera se resiste a admitir que debe reflexionar sobre la deriva de su partido. Cree que PP y PSOE quieren mantener su dominio y tratan de acorralar a C's porque se lleva a sus votantes. Lo que significa que, por ahora, se mantendrá el distanciamiento entre los dos grandes y los naranjas. La primera consecuencia es que Rajoy se puede encontrar sin Presupuestos Generales del Estado.

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