El presidente de ERC, Oriol Junqueras, se ha comprometido este viernes ante el líder de CiU, Artur Mas, a garantizar su investidura como presidente de las Generalitat, aunque no han cerrado aún un acuerdo global de gobernabilidad en Cataluña debido a la falta de acuerdo en la concreción de la consulta soberanista. Mas y Junqueras han saldado de esta forma la reunión que han mantenido esta tarde-noche en el Palau de la Generalitat durante cerca de cuatro horas, después de que Mas se reuniese durante una hora y media con el secretario general de CiU, Josep Antoni Duran Lleida.

Tras salir por una puerta lateral del Palau sin hacer declaraciones, Junqueras ha enviado un mensaje en la red de Twitter: "continuaremos hablando, pero aún quedan puntos por acordar, entre otros, el calendario sobre cómo y cuándo haremos la consulta".

Continuarem parlant, però encara queden punts per acordar, entre altres, el calendari sobre com i quan farem la consulta.

— Oriol Junqueras (@junqueras) diciembre 14, 2012

Fuentes próximas a Junqueras han abundado que "quedan flecos pendientes" y que aunque "aún no hay acuerdo" y "seguiremos negociando", los diputados republicanos "votarán Mas" en el pleno de investidura de la semana que viene. Dirigentes como el secretario general adjunto de ERC, Lluís Salvador, han resumido en su cuenta de Twitter el estado de ánimo que hay en las filas republicanas tras acabar "dos semanas de intensas negociaciones y sin acuerdo con CiU": queda una "sensación de fracaso". Por parte de uno de los principales negociadores republicanos, Pere Aragonés, se ha preguntado en las redes sociales "¿dónde está la dificultad de hacer un pacto para cumplir la principal promesa electoral? Espero que en los próximos días se arreglará", ha añadido.

Según fuentes de CiU, el borrador de la propuesta que ERC ha rechazado afirma que ambas partes se "compromete a trabajar todos los procedimientos formales, jurídicos e institucionales posibles hasta el 31 de diciembre del 2013 para estar en condiciones, a partir de entonces, de convocar la consulta de acuerdo con el marco legal que ampare". CiU, que quiere celebrar la consulta antes del fin de la legislatura, es reticente a establecer una fecha concreta en el pacto de gobernabilidad, mientras que ERC, en cambio, reclama que se haga "antes del 2015". Fuentes de Convergéncia han informado a Efe que aún quedan "diversos flecos" tanto en asuntos económicos y de fiscalidad como sobre la consulta, y que se continuará negociando en los próximos días.

Las mismas fuentes han comentado que las negociaciones han sido más complejas de lo que parecían inicialmente y que se ha trabajado intensamente estos últimas semanas, pero que aún no se ha logrado un pacto. CDC celebrará mañana su primer Consell Nacional que servirá para analizar las elecciones del 25-N y para explicar la negociación, pero no decidirá nada porque no habrá ningún acuerdo sobre la mesa. También tiene convocado Consell Nacional el socio de la federación, UDC, cuya portavoz, Marta Llorens, ha asegurado a través de Twitter, que "por una fecha -la de la consulta- Unió no se opone al pacto".

Los puntos de fricción no se limitan, de todas formas, a la cuestión de la consulta soberanista, han precisado fuentes de la dirección de ERC, sino que también incluyen las cuestiones económicas y presupuestarias, sobre las cuales subsisten "flecos" pendientes de consensuar. Mas y Junqueras también han hablado sobre el listón a partir del cual los ciudadanos con rentas más altas tendrán que pagar el impuesto de sucesiones, y revisar el resto de figuras impositivas propuestas para aumentar los ingresos de la Generalitat.

El objetivo, han indicado fuentes de ambos partidos, es reducir un 25% la cifra de recorte presupuestario de 4.000 millones de euros, y conseguir ingresos extras por valor de unos mil millones, con una nueva fiscalidad que contemple un incremento del impuesto de patrimonio sobre los bienes superiores a 500.000 euros. Además, se prevé subir el impuesto de grandes superficies comerciales, y establecer otros de nuevos sobre las centrales nucleares, los pisos vacíos para incentivar que sean alquilados, y la denominada "euroviñeta", que es una tasa prevista para los camiones que utilizan autopistas. Otra figura impositiva contemplada es una tasa sobre las bebidas refrescantes azucaradas, al estilo de la que ya se cobra en otros países europeos como Francia o Italia.