El todavía ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, ha deseado "mucha suerte" a su "buen amigo" Valeriano Gómez, que le sustituirá en el cargo en el marco de la última remodelación del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.

"Le deseo toda la suerte del mundo", ha señalado Corbacho a los medios de comunicación en los pasillos del Congreso de los Diputados, donde ha esperado también que las cosas en el mercado de trabajo empiecen a ir mejor, algo que sería "muy positivo" para los ciudadanos.

En este sentido, ha admitido que a él le ha tocado estar al frente del Ministerio en el "peor momento" y en la "peor situación", cuando la economía española atravesaba una "crisis muy profunda". "Uno no elige los momentos ni predice el futuro. Hay que afrontarlo tal como viene", ha añadido.

Corbacho, que antes del pleno había calificado a Gómez como una "excelente persona", ha asegurado que también es un "buen amigo" con el que ha hablado mucho durante el año y medio que ha ocupado la cartera de Trabajo e Inmigración y que ha colaborado con las ocupaciones del ministro.

Sin embargo, el aún titular de este Departamento ha eludido valorar el nombramiento en sí hasta que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, confirme los cambios.

Sobre su salida del Ejecutivo, ha recordado que se conocía desde hace varios días y que el presidente ha cumplido con los plazos que había marcado para dar a conocer el nombre del nuevo ministro.

El resto de ministros, que fueron preguntados a la entrada y la salida del Congreso, no han querido pronunciarse sobre los diferentes cambios que el presidente anunciará a 12.00 horas en el Palacio de la Moncloa.

Así, la ministra de Sanidad y Asuntos Sociales, Trinidad Jiménez, ha eludido pronunciarse sobre su posible nombramiento como titular de Asuntos Exteriores. "Si tengo alguna característica es que soy muy prudente y si el presidente no ha hablado, yo tampoco", ha comentado ante los periodistas.  

También el titular de Justicia, Francisco Caamaño, fue preguntado por la remodelación del Gabinete y se limitó a dar por sentado que el presidente del Gobierno ha meditado detenidamente los cambios, remitiéndose a la comparecencia de Zapatero.