España

Cae en Santander la última estatua ecuestre de Franco

  • El PP cántabro acusa a Zapatero de "desviar la atención" de la crisis y el PSOE celebra que "por fin se cumple la ley"

La última estatua ecuestre de Franco que subsistía en una vía pública en España, ante el Ayuntamiento de Santander, fue retirada y trasladada ayer a un almacén municipal, donde permanecerá hasta su definitiva ubicación en el futuro Museo de Cantabria.

A las 13:45, una grúa-pluma levantó la escultura ecuestre del dictador de su pedestal, tras más de cuatro horas de trabajos previos, entre aplausos, vítores y gritos de "fuera" y "por fin" de algunos de los centenares de ciudadanos que se congregaron en el lugar pese a la lluvia.

Los trabajos para la retirada de la escultura comenzaron, según el horario previsto por el Ayuntamiento, a las 09:30, con la colocación de varios tirantes a la estatua para que la grúa la pudiera levantar. Las labores de picado del pedestal para descubrir y cortar las barras de anclaje de la figura se prolongaron hasta las 13:40, y cinco minutos después fue izada por una grúa-pluma. De esta forma, no fue necesaria la intervención del camión de gran tonelaje que se había desplazado al lugar, y la circulación del tráfico transcurrió con normalidad.

La estatua fue inaugurada el 14 de julio de 1964, obra de José Capuz y es una réplica de las que existían en Madrid y Valencia; mide siete metros de alto y es de cobre.

Aunque a primeras horas no era mucha la expectación, y apenas medio centenar de vecinos acudió a la plaza del Ayuntamiento, según pasaba el tiempo la cifra fue aumentando hasta el medio millar a la hora de retirar la escultura, muchos de ellos con cámaras de fotos y vídeo. En el lugar pudo verse también a miembros de las Juventudes Socialistas, que repartieron entre los ciudadanos un folleto con el lema Santander 2008, por fin, Capital Constitucional, en el que se resaltaba que la capital cántabra es la única ciudad española "que ha tardado más de tres décadas en resolver un déficit democrático".

El alcalde de Santander, Íñigo de la Serna, declaró a los periodistas que el Ayuntamiento hacía así efectivo el acuerdo que adoptó en noviembre de 2004, "por consenso y unanimidad de todos los grupos políticos", así como a la Ley de Memoria Histórica, que, "al margen de las valoraciones políticas, las administraciones tenemos la obligación de cumplir".

El presidente del Gobierno de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, (PRC), aseguró que le parece "muy bien" la retirada de la estatua del dictador, sin entrar a valorar si ésta llega tarde o no.

De acuerdo con la retirada se mostró también la vicepresidenta de Cantabria y secretaria general del PSC-PSOE, Lola Gorostiaga, quien celebró que "por fin se empieza a cumplir una ley". "Ya era hora, llevamos bastantes años de retraso. Hay que seguir con la retirada de los demás símbolos de esa época en la ciudad que todos hemos querido olvidar".

El presidente del PP de Cantabria, Ignacio Diego, señaló la normalidad con la que se retiró la estatua y subrayó que la Ley de Memoria Histórica es un intento por parte del Gobierno de "desviar la atención" en momentos de crisis.

En opinión del coordinador general de IU en Cantabria, Jorge Crespo, la acción supone "un desagravio mínimo para los más de 2.500 cántabros que fueron asesinados y los miles de represaliados por el franquismo".

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