María Márquez Diputada del Parlamento andaluz

"Un tuit cabreado no cambia la vida de la gente"

"Un tuit cabreado no cambia la vida de la gente"

"Un tuit cabreado no cambia la vida de la gente" / josé ángel garcía

-¿qué lleva a una chica de 14 años a afiliarse a las Juventudes Socialistas?

-Me afilié el día de mi cumpleaños. Siempre he sentido que había algo interesante detrás de la política. Me afilié por intentar cambiar la realidad de mi pueblo, en su día, y desde entonces no he dejado de militar. A los 18 años me afilié al PSOE y la verdad es que no entendería mi vida sin haber dado ese paso.

Tengo la responsabilidad de defender a mi generación en la política y también dentro del PSOE"

-¿Sus amigas la ven ahora como un bicho raro?

-Mis amigas me entienden. Saben que estoy muy atareada, que falto a muchos cumpleaños, pero a mí, de verdad, me gustaría que cuando valoraran mi trayectoria política dijeran que contribuí, que trabajé por mi pueblo y que intenté darle voz a mi generación en la política. Además, dentro de un partido como el PSOE.

-Milita en un partido que últimamente parece tener dificultades para llegar a los jóvenes.

-El PSOE en intención de voto entre los jóvenes está bien situado. Es uno de los mejores partidos a nivel nacional y andaluz. Y en el Parlamento los tres diputados más jóvenes son socialistas, que también han militado en las juventudes.

-Antes de llegar al Parlamento fue concejal en su pueblo.

-La política local es la única que no tiene burladero y no hay otra opción que poner la cara. La oportunidad de ayudar directamente a la gente de tu pueblo es lo más maravilloso que hay en política.

-Y con 25 años se viene al Parlamento.

-Me llamaron Mario Jiménez e Ignacio Caraballo, secretario general provincial, y me dijeron que querían contar conmigo. Me pidieron que yo fuera la número dos en Huelva. Fue una satisfacción, pero también una responsabilidad porque siento que tengo que defender a mi generación en la política y dentro del PSOE.

-¿Eso cómo se hace?

-Evidentemente, una mujer joven con 27 años en muchos temas no coincide con un compañero de sesenta y tantos años. Desde en los gustos musicales hasta en lo que pasa ahora mismo en Cataluña. Tenemos la oportunidad de intercambiar impresiones en debates internos y defender un proyecto común desde perspectivas distintas.

-¿Hay alguna discrepancia más llamativa?

-Por ejemplo, en las Juventudes Socialistas siempre hemos reivindicado la república. En sus estatutos y en su ideario se reconocen como una organización republicana y el PSOE no. Dentro del PSOE hay compañeros que defienden la república y otros que no. Esa discrepancia existe y ahí hay una brecha generacional, pero lo asumimos con normalidad.

-¿En qué nota esa brecha generacional cuando habla del conflicto en Cataluña?

-Somos conscientes de que hay un futuro por delante que tendremos que ver cómo se aborda, pero entiendo que tenemos que acometer una reforma de la Constitución para garantizar derechos y libertades, para blindar el Estado de bienestar, pero también para reformar el modelo territorial en España. Creo que tenemos toda la tarea del mundo y como andaluces jugaremos un papel muy importante.

-¿El hecho de ser una mujer joven y andaluza le perjudica? En la campaña de las primarias del PSOE se dijo que fueron factores en contra de Susana Díaz.

-Sí, pero lo combatimos. Somos conscientes de que existe esa desigualdad. Lo sufrimos nosotras como políticas, las cajeras de supermercado, las funcionarias y las autónomas que están de peluqueras. Siento que en mi partido hay consciencia, que somos muchas mujeres y cada vez más hombres los que se suman a esta lucha. Yo siento la discriminación, pero tengo una red que está ahí si me caigo o si algún día fallo.

-¿Qué puede aportar una psicóloga a la política?

-Una visión humanitaria. Todos los días tratas con hombres y mujeres que te piden ayuda. Y tú tienes que darles una respuesta, puedas ayudarlos realmente o no. Estamos trabajando todos los días con personas.

-Pero los ciudadanos parecen estar cada vez más lejos de los políticos.

-Es normal. Formo parte de una generación a la que prácticamente se nos prometió que si estudiábamos tendríamos la vida resuelta. Tengo amigas con carreras, másteres e idiomas que están fregando platos en Londres. Tenemos un Gobierno que no ha sabido canalizar el potencial de una generación frustrada. No es que no nos interese la política y no estemos informados. Las redes sociales nos dan una ventana al mundo que nos cuentan todo lo que pasa. Mi generación tiene consciencia de la importancia de la política, pero en algunos momentos, por su situación, están desencantados. Los partidos políticos no les han dado respuesta a su proyecto de vida.

-¿Qué puede hacer para luchar contra eso?

-Cada vez que tengo una oportunidad le digo a la gente joven una frase de Machado que me ha marcado. "Haced política porque si no la hacéis vosotros siempre habrá alguien que la haga y probablemente en contra vuestra". Por eso yo a todo el mundo le pido que se implique, que colabore, que participe. Un tuit cabreado no cambia la vida de la gente, pero la militancia en cualquier opción política, aunque parezca que no, está ayudando a alguien y a cambiarle la vida a la gente. La gente como yo, que viene de clases trabajadoras, sólo tiene la política para poder hacer algo en la sociedad y cambiar la realidad que no nos gusta. La política es la herramienta que nos ha dado la democracia a la gente del montón para poder hacer algo.

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