juan ceada, Ex alcalde de Huelva y escritor

"La poesía debe ser un revulsivo, como en la Transición la canción protesta"

"La poesía debe ser un revulsivo, como en la Transición la canción protesta"

"La poesía debe ser un revulsivo, como en la Transición la canción protesta"

-En Europa hacen falta poetas es su debut en la poesía. ¿Por qué ha tardado tanto?

-Durante 58 años, después de mi actividad en el Ayuntamiento de Huelva, en la Junta y de luchar contra el franquismo, en mis noches tranquilas desenchufaba y escribía poemas. Los guardé. Mi maestro, Odón Betanzos, me dijo que tenía que publicarlos y me hizo firmar un papel. Le dije que eso pertenecía a mi universo particular y él me contestó que el arte pertenecía al pueblo. No cumplí mi compromiso. Tras dos años recopilando poemas, en León, ciudad que quiero, les puse música. Hay cien poemas de los que 53 están recitados por mi, a través de códigos QR, y con música.

-¿Cómo es su poesía?

-La encuadro en el impresionismo, comparándola con la pintura. No es realista ni abstracta, sino una poesía que tiene cadencia. No renuncio a la métrica y la rima, pero son conceptos superados. Es muy personal, hay muchos poemas intimistas y los temas son muy variados. Son 58 años de escritura. Mi primera poesía la escribí en enero de 1958.

-¿Hay poesía en la política?

-En la Transición y el final de la dictadura, lo que llenaba el espíritu era la canción protesta. En la actualidad creo que la poesía tiene que ser ese revulsivo. La poesía declamada, porque no es solo conceptual. Cuando lees, llega a los sentidos. Debe ser el sedante que busca la paz.

-En las primarias apoyó a Sánchez. Tras los congresos provinciales, ¿el sanchismo ha muerto en Andalucía?

-Soy amigo personal de Susana. El último mitin que di fue en Sevilla con ella, Pepote y Escuredo, como firmantes del Pacto de Antequera. A Susana la quiero y es mi presidenta. Ahora bien, tenía que optar y a mí me parecía que a nivel del Estado Pedro Sánchez podía cumplir mejor esa función y le apoyé. Una vez acabado aquello, el partido debe estar unido porque el PSOE es la única salida del país. Ante el problema gordísimo que hay, somos los que ponemos la templanza, intentando llegar a acuerdos con una parte y otra. Somos interlocutores.

-¿Qué le parece la postura del PSOE ante el problema de Cataluña?

-Hay una Ejecutiva que está haciendo las cosas muy bien, con inteligencia y sin ponerse de lado. Hay que tener el espíritu del 78. Hay quien critica eso pero, ¿qué sabrán? Yo he estado en la cárcel en el franquismo y tenía motivos para no querer hablar con Alianza Popular. Y hablé. Había un enemigo, que era el franquismo, y los poderes fácticos que en el 81 dieron el Golpe. Ahora hay que cerrar filas.

-¿Eso requiere generosidad o altura de miras?

-En la política lo importante es detectar quién es el enemigo principal. Y el enemigo principal en aquel tiempo no era Alianza Popular, sino los franquistas.

-¿Cómo recuerda su encarcelamiento?

-Fue en el 75, en la cárcel de Huelva, por manifestación ilegal y encierro. Militaba en la ORT y torturaron a dos compañeros. Cuando el furgón llegó a la cárcel nos manifestamos. Nos cogieron y el TOP de Madrid nos mandó orden de cárcel a cinco. Estuve seis meses. Cada dos o tres días en la puerta había cientos de trabajadores pidiendo libertad y yo los escuchaba. Cuando pasé mucho miedo fue en el 81. Los elementos más reaccionarios del régimen franquista tiraron unas octavillas la misma noche del 23-F diciendo a quién había que fusilar. Tengo una. Yo estaba el primero.

-¿Cuál es la solución para Cataluña?

-Que vayamos a unas elecciones libres y que comprendan los dirigentes catalanes que hay espacio en el país para Cataluña. ¿Por qué tenemos que renunciar a reformar la Constitución igual que hicimos en el 78 y que nos encontremos a gusto todos? Si juntos nos es difícil luchar contra el neoliberalismo, ¿cómo vamos a poder separados? ¿Es que los trabajadores del resto de España somos enemigos de los de Cataluña, por Dios?

-¿No cree que la política se ha devaluado?

-Creo que las ideas neoliberales avanzan y ganan a mucha gente. El mercado hace públicos, más que ciudadanos. Quiere que la gente vaya, se siente en el patio de butacas y no piense. Los 60 millones de personas que han votado a Trump son público. Hay que reivindicar el ser ciudadanos, pensar e intervenir.

-Pero la gente se siente defraudada y la política está desprestigiada.

-Nunca participaré del descrédito. Hay gente que lo hace mal, pero el descrédito se debe a que los grandes poderes económicos quieren dirigir el mundo y si se desprestigia a la política, alguien tiene que gobernar. ¿Quién? Los grandes grupos financieros. No se puede desacreditar la política generalmente. Es el instrumento que tenemos y hay que mejorarla. Hay quien dice que son todos unos bandidos. Pues llegará un momento en que les dirigirá gente que les quitarán la sanidad o la educación porque privatizarán todo.

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