Entrevistas

"El complejo de inferioridad del andaluz no es lingüístico"

-¿El mayor tópico sobre el andaluz?

-Son muchos, pero todos se derivan de dos ideas contradictorias: la de que los andaluces somos los que hablamos del modo más gracioso, para algunos incluso el más hermoso, y la de que los andaluces hablamos mal.

-¿Y ninguna es cierta?

-Ninguna. No tenemos que sentirnos orgullosos por hablar andaluz. ¡Igual podría sentirse un mexicano! Pero tampoco deberíamos tener complejo de inferioridad.

-¿Lo tenemos?

-El complejo de inferioridad andaluz no es lingüístico. Es económico y obedece a razones históricas, sociales y culturales. Todo se refleja en el modo de usar la langua.

-¿Por qué está desprestigiado el andaluz?

-Hasta hace relativamente poco el analfabetismo en Andalucía era del setenta por ciento. A eso obedece el desprestigio, y no al hecho de que lingüísticamente sea bueno, malo o regular.

-Ya no hay analfabetos

-Decimos que se ha erradicado el analfabetismo, aunque no es del todo cierto: hay analfabetismo funcional.

-¿Un analfabeto habla peor?

-El analfabeto funcional es alguien que apenas necesita comunicarse con su familia y la gente del entorno. Casi no ha salido de su pueblo. Eso influye.

-¿Y a qué obedece el tópico del andaluz gracioso?

-Aquí se valoran la gracia y el ingenio. Lo que no me parece bien es que se rían de nosotros y que la gracia se convierta en chiste, como hizo aquella diputada catalana...

-¿La que criticó el acento de la ministra?

-La que dijo que el acento de una ministra andaluza era "de chiste". Convirtió la gracia en chiste y añadió: "A los andaluces no hay quién los entienda". Ya tiene ahí los dos principales tópicos, a los que por desgracia también contribuimos desde aquí.

-¿Nosotros también?

-Si aparece un Diccionario del habla sevillana que dice, en su primera entrada, "nosotros ponemos la a donde no la pone nadie: amoto, aluego, afoto", y ese es un libro que se vende...

-¿Hay forma de desmontar los tópicos?

-Habría que empezar por plantearse qué es eso de hablar andaluz. ¿Usted sabe decirme en qué consiste?

-Suprimimos las eses, algunos finales...

-¡Lo ha dicho estupendo, pero párese ahí! Si añade otro rasgo se puede equivocar.

-Está también el seseo.

-Si afirma que los andaluces sesean está descartando a dos tercios de la población.

-¿Es qué abunda más el ceceo?

-En un instituto de Fernán Núñez (Córdoba), le preguntaron a un alumno la diferencia entre el ceceo y el seseo, y respondió: "El jejeo consiste en dejirlo todo con eje y el jejeo, en dejirlo todo con je".

-No sé adonde quiere llegar.

-Lo que quiero decir es que cada cual habla andaluz como le parece. Ese chico ni sesea, ni cecea, ni distingue. Lo dice todo con je.

-¿Entonces no tenemos identidad lingüística?

-¡La duda ofende!... Es una identidad que se caracteriza por la diversidad dentro de un conjunto de rasgos de pronunciación, entonación y léxico.

-¿Y cuáles son sus raíces?

-El castellano llega aquí en el siglo XIII. Con la conquista Granada y el descubrimiento de América, Sevilla es la capital de un mundo potente, en el que se mezcla mucha gente y se produce una especie de habla dinámica.

-Luego es del cosmopolitismo.

-Es fruto de la proyección de Sevilla y de la mezcla. La lengua evoluciona en esa Andalucía nueva y va irradiándose.

-¿No influyen los antecedentes árabes?

-En nada especial. Hay algunas palabras sueltas, que casi ni se recuerdan. Pregúntele a un niño lo que es una aljofifa.

-¿Diría que el andaluz es un dialecto?

-Alvar escribió la gran obra magna del andaluz con tres colaboradores. Uno dice que es un dialecto, otro que no, el tercero que depende y el cuarto, que la pregunta no tiene sentido.

-¡Así nunca encontraremos la identidad lingüística!

-La identidad se construye frente a otros, diciendo: no nos quieren, somos víctimas, nos discriminan y hay que defenderse. Nuestra identidad de hablantes no va contra nadie.

-Pero aquí se reivindica el andaluz.

-En tiempos hubo un lema que decía: "Habla andaluz siempre". Y otro que llegaba más lejos: "Habla bien, habla andaluz". Pero ojo, nadie se preocupó de explicar qué era eso del andaluz.

-Hubo incluso manifiestos.

-Recuerdo el de los andalucistas: no había ni un solo dato, en dos páginas de letra pequeña, sobre cómo hablar andaluz.

-También se recoge el Estatuto de Autonomía.

-El Estatuto dice sólo dos cositas. Una, que las hablas andaluzas merecen ser estudiadas. Y la segunda, que podían haberse ahorrado, es que los medios andaluces promoverán el conocimiento y el uso del andaluz.

-¿Y...?

-¡A ver quién tiene autoridad para imponer una forma de hablar!

-En Cataluña lo intentan.

-Porque es una seña de identidad para los poderes públicos.

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