Isamay Benavente ferrera, Directora del Teatro Villamarta

"Hay que apostar por el talento español"

Isamay Benavente ferrera.

Isamay Benavente ferrera. / manuel aranda

-Este fin de semana regresa al Villamarta la ópera El diluvio de Noé. El Centro Lírico del Sur (CLS) sigue apostando por el género.

-El Teatro va a intentar volver a ocupar el espacio, al menos con la lírica, ya que el programa sufrió mucho con la crisis y con las vicisitudes de la Fundación Teatro Villamarta. Llevamos un par de años tratando de retomar el pulso de dicha programación. En enero hicimos un Fausto muy digno con el debut del tenor jerezano Ismael Jordi, y pusimos en escena Norma, con la soprano Maribel Ortega, también jerezana. Cerrar la temporada lírica con El diluvio es un orgullo. Es un proyecto que cuesta poner en pie. Es una obra además que implica a muchísimos colectivos de la ciudad que trabajan con la danza, la música, la formación vocal y con ciertas discapacidades. Es un reto, una declaración de principios.

"Hay que desmitificar que la ópera sea elitista o difícil de entender; la lírica es teatro con música"

-Un punto positivo más para el Centro.

-Bueno, estoy convencida de que un teatro público tiene que hacer proyectos de este tipo, apostar por el talento español. También tiene que promover que los jóvenes y los niños conozcan lo que hace la institución cultural y se impliquen. No sé si de El diluvio saldrán muchos artistas para el futuro, pero desde luego estamos convencidos de que hará mejores espectadores del teatro.

-Hay teatros que ven al Villamarta como un referente.

-Sí. Creo que hemos sido un teatro de referencia con nuestras producciones. El Villamarta se reinauguró (1996) en un momento en el que la lírica empezó a ponerse en valor en toda España. Todos los teatros públicos empezamos a diversificar la programación e incluir la lírica, que era una asignatura pendiente. La lírica está en un momento importante en España.

-¿Se ha dejado de ver como algo elitista?

-Es cierto que estaba asociado a algo elitista o que era un espectáculo difícil para el público normal. Nada más lejos de la realidad. Hay que desmitificar todo eso porque la lírica es teatro con música. Si te gusta la música, cómo no te va a gustar la ópera o la zarzuela. En el Villamarta ocupamos un hueco de esta demanda y nos hicimos con una marca. Las producciones del Teatro gozan de mucho prestigio y han puesto el nombre de Jerez un poco en el mapa. Lo que no hemos hecho en todos estos años difíciles es bajar la calidad. Hemos preferido hacer menos producciones o no hacer que dar gato por liebre.

-Pero hacer lírica tiene un coste elevado.

-Sí. Los espectáculos tienen costes altos y cuando las subvenciones y los patrocinios no son potentes pues sufrimos mucho. Hace falta más cultura del patrocinio.

-¿Cómo es la cantera de artistas en España?

-Hay una generación de cantantes increíble, muy desconocida y se deben dar a conocer más, que lo mismo ocurre con los bailarines. Los cantantes líricos los conocen los aficionados y están llevando el nombre de Andalucía y España por todo el mundo.

-El Villamarta estuvo meses atrás a punto de desaparecer por cuestiones económicas. Finalmente, se ha solucionado con una medida pionera.

-Un gran drama pasado que no he podido olvidar aún. Fue un proceso largo y complejo y le estoy muy agradecida al Ayuntamiento por buscar la solución. Fuimos pioneros en la solución que ahora ya la Ley de Administración contempla, que es la liquidación por cesión de activos y pasivos. No se podía asumir que el Teatro se cerrase o pasara a ser privado.

-¿Hubiera sido de verdad un drama incluso nacional?

-Si se cerrase una institución como el Villamarta sería un drama nacional. Pienso si pasara lo mismo en otro sitio. Las instituciones culturales no irradian sólo cultura, sino también valores.

-Como directora, ¿ha tenido que aguantar los caprichos de grandes figuras?

-Bueno (risas), como no somos demasiado grandes no admitimos muchos caprichos. La gente se ha profesionalizado mucho y nosotros trabajamos sobre todo con cantantes españoles que son a veces demasiado poco divos, deberían sacar más pecho. Si acaso, Montserrat Caballé, que pedía unos bombones determinados, pero eran cosas asequibles. ¿Quién no va a atender a una personalidad como ella?

-Hay artistas que incluso piden venir a actuar al Villamarta.

-Es una de las cosas bonitas que ha pasado en los 22 años que llevo en el Villamarta. Paco López (primer director) me dijo que había que conseguir que la gente sea muy seria trabajando, pero que se sientan muy a gusto y quieran repetir. Hemos dado muchas oportunidades a españoles para debutar papeles y eso lo han agradecido.

-¿Cómo acierta con el gusto del público a la hora de programar?

-Muchas veces te equivocas porque no tienes el 100% de garantía. Ya vamos conociendo al público que viene a Jerez, que es muy abierto y muy atento.

-La edición de este año del Festival flamenco ha dado más que hablar, si cabe, con las declaraciones de Antonio Canales y el peculiar espectáculo de Rocío Molina.

-Creo que las declaraciones de Canales, que es un gran artista y se ha programado mucho en este Festival, fueron desafortunadas. Ya él pidió perdón y hay que dejarlas reposar. Me da pena porque tiene mucho talento. Respecto al espectáculo de Rocío Molina, es una polémica machista de gente que no ha visto la propuesta. Se sacó de contexto. Ella hace vanguardia y eso es lo interesante del Festival, que acoge todas las tendencias del flamenco. Las redes sociales crean polémicas estúpidas.

-Tras diez años como directora, ¿dónde se ve en 2028?

-Bueno (risas), la experiencia de reinaugurar el Villamarta y dirigirlo ha sido maravillosa y no creo que se pueda repetir. No se me ocurre qué otra opción podría ser mejor.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios