FÁTIMA JIMÉNEZ. MISS SEVILLA 2008

“Nadie suele decirme que soy guapa”

  • Tiene 19 años, es de la localidad de Los Palacios y posee uno de los rostros más hermosos que, en los últimos años, han pasado por un concurso donde, cada año, se busca la belleza oficial de nuestra tierra.

Cara a cara, la belleza de Fátima Jiménez impresiona. Estudiante de un módulo administrativo, y trabajadora los fines de semana en un restaurante, esta joven con marcado acento de Los Palacios llegó al certamen de Miss Sevilla casi por casualidad. Tras una reñida votación del jurado –en la que nada estuvo decidido hasta el voto de su presidenta, María José Suárez-, nuestra nueva “guapa oficial” se alzó, el sábado por la noche, con una corona que, además, le llevará a la próxima edición del certamen de Miss España. Allí, sin conocer aún el resto de participantes, partirá seguro como una de las favoritas puesto que, además de su 1’74 de estatura y sus 59 kilos, la suya es una presencia difícil de olvidar.

–¿Qué sensaciones tiene después de haber logrado este título?

–(Suspira) No me lo puedo creer. He luchado mucho porque quería ganar pero, aunque empecé muy joven en esto –con 14 años ya desfilaba–, no podía imaginarme algo así. Aparte, tampoco me había preparado de ninguna forma especial…

–¿Por qué le llamaba tanto la atención este mundo?

–Bueno, veía a las modelos profesionales y, como me encantan los trajes de flamenca y de noche, soñaba ser como ellas.

–¿Le ha apoyado en esta decisión su familia?

–Sí. Mi padre trabaja en la construcción y está muy orgulloso de mí y mi madre, que es ama de casa, me ha acompañado desde el principio. Luego tengo una hermana más pequeña, muy vergonzosa pero más linda que yo. Todos nos hemos quedado igual. Sin palabras.

–Lo que sí tiene es el corazón libre, ¿verdad?

- Bueno, ahora mismo no tengo novio, pero el corazón está ocupado. Hemos roto hace poquito y aún es pronto para pensar en nada.

–No será porque le falten candidatos… ¿Le dicen cuando sale muchos piropos?

–La verdad es que no. Nadie suele decirme que soy guapa. De hecho, siempre he sido la que menos ha destacado de las niñas de mi círculo.

–¡Pues fíjese dónde ha llegado! Y ahora toca Miss España…

–Sí. Ahí sí debo prepararme bien. Tendré que hacer deporte y darme algunos rayitos para ponerme más morenita (risas).

–¿Teme que la popularidad pueda malearla?

–Cambiar no voy a cambiar. Aunque nadie me piropee, sí que suelen resaltar lo madura que soy. Tengo muy presente el día de mañana y, para entonces, me gustaría formarme y tener mi propia familia.

–¿Qué ha sido lo más duro del proceso previo y la celebración de Miss Sevilla?

–La envidia. Y no me refiero al certamen, donde el ambiente ha sido estupendo, sino fuera. Ha habido amigas que han dejado de serlo, pero en los pueblos pasan esas cosas. Luego me he puesto muy nerviosa durante la entrevista previa que el jurado nos hace a todas.

–Y,¿cuáles son sus aspiraciones? ¿Hasta dónde le gustaría llegar?

–Me gusta la moda. La pasarela y la fotografía. Sin embargo, mi máxima ilusión sería montar una agencia como la de Raquel Revuelta.

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