Parece que sólo el Gobierno ve claro el horizonte del diálogo social, aunque los hechos no acompañen. El miércoles, la CEOE forzó la suspensión de la reunión prevista para hoy al considerar que una de sus peticiones clave -la rebaja de las cuotas a la Seguridad Social- quedaba en el aire con la última oferta del Ejecutivo.

Ayer, los sindicatos mostraron su escepticismo y lanzaron un par de dardos a la patronal. El secretario general de UGT, Cándido Méndez, advirtió que el escenario se complicará muy mucho si "la negociación se aplaza a septiembre". Su homólogo en CCOO, Ignacio Fernández Toxo, indicó que "no es momento de tocar la estructura de ingresos de la Seguridad Social" y reprochó a los empresarios estar "cambiando continuamente los temas a tratar".

El ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, contradijo a todos al vaticinar un acuerdo en breve gracias a los contactos que se mantendrán la próxima semana. Y el presidente de la CEA, Santiago Herrero, atizó al Ejecutivo al considerar que traslada la responsabilidad a los agentes sociales y peca de "inacción política".