La primera reunión entre Iberia y los sindicatos para tratar de evitar la huelga en los días previos a Navidad ha concluido sin acuerdo, por lo que los paros se mantienen y las partes volverán a reunirse la próxima semana. Por un lado, el Servicio Interconfederal de Mediación y Arbitraje (SIMA) ha citado a la empresa y a los sindicatos convocantes de la huelga -UGT, CCOO, USO, Asetma y Sictpla- a una reunión de mediación el próximo lunes y, por otro, Iberia volverá a llamar al Comité de Huelga para la próxima semana, aunque no ha concretado fecha.

Los paros están fijados los días 14, 17, 18, 19, 20 y 21 de diciembre en protesta por el plan de reestructuración anunciado en noviembre por Iberia, que incluye el recorte de 4.500 empleos y una reducción salarial de entre el 25 y el 35%, además de una disminución de rutas (15%) y de la flota (25 aviones menos), y la segregación de actividades de mantenimiento y servicios en tierra.

La ministra de Fomento, Ana Pastor, ha pedido a ambas partes "un último esfuerzo" para resolver el conflicto y ha garantizado que su departamento, encargado de fijar los servicios mínimos, "va a velar en todo momento por preservar el servicio público de movilidad". En la rueda de prensa posterior al consejo de ministros, Pastor ha insistido en que a España, especialmente en estos momentos, le conviene entendimiento y no conflicto, por lo que ha pedido diálogo, negociación y responsabilidad.

La reunión de este viernes duró menos de una hora, según los sindicatos porque Iberia se negó a abordar sus propuestas: un plan de viabilidad, medidas de disminución de plantilla alternativas a los despidos (prejubilaciones, bajas incentivadas o recolocaciones diferidas), que Iberia Express permanezca dentro de Iberia y que no se segreguen las unidades de mantenimiento y servicios en tierra. Manuel Atienza, portavoz del sector aéreo de UGT, ha considerado que el objetivo de los actuales gestores de Iberia es "desmantelar" la compañía en favor de su socio British Airways, algo con lo que los sindicatos no van "a transigir en ningún caso". "Es ridículo que se pretenda que los trabajadores aceptemos negociar pacíficamente el desmantelamiento de una empresa, en este caso de Iberia", ha insistido.

Por su parte, la dirección de Iberia ha señalado en un comunicado que acudirá a la reunión de mediación en el SIMA con el objetivo de "intentar la desconvocatoria de una huelga que considera innecesaria y desproporcionada". Iberia ha apuntado que las seis huelgas convocadas en uno de los periodos donde se realizan más viajes familiares agrava la situación de la empresa, que acumula pérdidas de 262 millones de euros hasta septiembre, y perjudica especialmente a los clientes, sin que los trabajadores de la compañía obtengan ningún beneficio. A su juicio, la huelga "no es una respuesta cuando hay un plan encima de la mesa cuyos aspectos laborales la compañía ha manifestado la intención de negociar".

El sindicato CTA Vuelo tiene previsto sumarse a la huelga a partir de la segunda jornada, el día 17, ya que aprobó su participación en la misma en una asamblea el pasado miércoles.

El Sepla no participa en la convocatoria porque está pendiente de un nuevo proceso arbitral ordenado por el juez en relación con el conflicto abierto por el nacimiento de Iberia Express. A este respecto, el sindicato de pilotos afirma que la sentencia en la que la Audiencia Nacional anulaba el primer laudo y ordenaba que se dictara uno nuevo ya ha sido notificada al árbitro, el catedrático Jaime Montalvo. Sepla mantiene que los trabajadores están dispuestos a hacer sacrificios en costes salariales y productividad, siempre que se recuperen los ingresos que Iberia ha perdido desde la fusión con British Airways, así como las rutas y áreas de negocio rentables que han sido transferidas a la aerolínea británica desde enero de 2011.