Economía

La crisis devora el superávit de las arcas públicas en tan sólo seis meses

  • Las cuentas del Estado entran en números rojos por primera vez desde 1995, con un déficit de 4.683 millones, el 0,42% del PIB · El contrapunto lo pone la Seguridad Social, que eleva su saldo un 12%

La crisis económica y las medidas para paliarla han acabado en seis meses con el superávit del Estado, cuyas cuentas registraron en junio un déficit, el primero en tres años, de 4.683 millones de euros, el 0,42% del Producto Interior Bruto.

Aunque junio suele ser un mal mes para las cuentas del Estado, con menos ingresos que otros, en esta ocasión han pesado más los efectos de la crisis, y los ingresos han bajado a causa de la desaceleración, sobre todo la inmobiliaria, y los peores resultados de las empresas, cuyos costes se han disparado con el precio del petróleo.

A todo esto hay que añadir las medidas puestas en marcha para paliar el deterioro económico, que según los cálculos del secretario de Estado de Hacienda, Carlos Ocaña, supondrán que este año se dejen de ingresar 8.000 millones, cantidad que, recalcó, pasará a ser dinero en circulación para ayudar a reactivar la economía. Una cantidad en la que está incluida la rebaja fiscal de 400 euros, cuyos efectos sobre las arcas no se conocerán hasta julio.

El Gobierno asume ya, de esta manera, que al cierre del presente ejercicio las cuentas del Estado presentarán un "moderado" déficit, "de décimas", según el secretario de Estado. Habrá que ver cuál es el saldo del conjunto de las Administraciones Públicas, que cerraron los tres pasados años con históricos superávit, y a las que sin duda compensará el saldo positivo que sigue registrando la Seguridad Social.

Y es que ésta siguió imparable y, hasta junio, su saldo se elevó a 16.734,34 millones de euros, un 12,41% más que en el mismo periodo de 2007, según los datos del Ministerio de Trabajo. Este superávit equivale, aproximadamente, al 1,5% del PIB.

Al analizar las cuentas del Estado, Ocaña subrayó asimismo el hecho de que, pese a la desaceleración económica, los ingresos por el IRPF siguen mejorando, con un aumento del 14,9%. El incremento de la recaudación por las retenciones de trabajo del IRPF fue del 9,8%, lo que para Ocaña demuestra que el mercado de trabajo "sigue sólido, estable y arrojando crecimientos importantes". También destacó el incremento notable -aunque habitual- de las retenciones de capital, en un 28,9%.

Los impuestos que, por el contrario, mejor reflejan el impacto de la crisis económica son el IVA y el Impuesto sobre Sociedades. Así, las empresas acusan la crisis con menos beneficios sobre los que reportar a Hacienda, como lo demuestra la caída en un 17,6% de los ingresos por Sociedades, que el Gobierno también justifica con los cambios normativos de los últimos meses.

En cuanto al Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA), su recaudación se redujo el 14,2%, como claro reflejo de la contracción del consumo de los hogares, aunque también influyó la aceleración de las devoluciones. Otra muestra de la "atonía del consumo", como la llamó Ocaña, es la recaudación por impuestos especiales, que sólo creció el 1,3%. La recaudación del impuesto sobre el tabaco subió el 7%, mientras que la que grava los hidrocarburos cayó un 2,5%, como muestra de su menor consumo por el encarecimiento.

Por otro lado, los gastos del Estado siguieron creciendo. Los gastos no financieros se elevaron un 4,2%, hasta los 67.689 millones, y los financieros alcanzaron los 7.519 millones, el 15,3% más, debido en este último caso a los mayores intereses que hay que pagar por la deuda pública.

En el caso de los gastos no financieros, aumentaron las transferencias corrientes y los gastos de personal, mientras que descendieron los destinados a inversiones, por la caída en la inversión militar, ya que la civil se incrementó el 3%.

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