Economía

Zapatero logra un balón de oxígeno con la reforma de las pensiones

  • El pacto es el primer acuerdo del diálogo social de toda la legislatura y le sirve además para mostrar hacia fuera su compromiso con el proceso de reformas y la consolidación fiscal.

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha logrado un balón de oxígeno al llegar a un principio de acuerdo sobre la espinosa reforma de las pensiones con los dos grandes sindicatos, los mismos que el pasado septiembre contestaron su reforma laboral con la primera huelga general contra su Ejecutivo.

Golpeado una y otra vez por la crisis económica, que tiene su peor cara en una tasa de desempleo que ronda el 20 por ciento; hundido en las encuestas electorales desde hace ya tiempo y consciente de los problemas de credibilidad de su gobierno, un nuevo enfrentamiento abierto con los sindicatos podría haber causado a Zapatero más daño del que vaticinan las encuestas en las elecciones municipales y autonómicas del próximo 22 de mayo, según sostenían varios analistas en la prensa.

El pacto para la reforma de las pensiones es el primer acuerdo del diálogo social de toda la legislatura y le sirve además para mostrar hacia fuera su compromiso con el proceso de reformas y la consolidación fiscal que organismos internacionales vienen pidiendo a una España, cuya solvencia aún siguen algunos poniendo en duda. La reforma del sistema de pensiones español ha sido solicitada entre otros por la Unión Europea (UE), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

De no tomar medidas, el riesgo del colapso del sistema parecía evidente. El descenso en la natalidad -en el primer semestre de 2010 volvió a caer, en un 3,2 por ciento, según informó el Instituto Nacional de Estadística (INE)- y el aumento de la esperanza de vida en España hará que en los próximos años se dispare la población con más de 65 años frente a la que está en edad de trabajar. La estimación del Banco de España es que ese porcentaje de mayores de 65 sea del 60 por ciento en 2060.

La reforma de las pensiones fue desde el principio un hueso duro de roer para el líder socialista. "No será fácil, pero es necesaria y la vamos a hacer. Hay que actuar y vamos a actuar", manifestó Zapatero ya en septiembre del año pasado. Y desde luego, difícil ha sido. Tanto que el jefe del Ejecutivo llegó a advertir de que el Consejo de Ministros aprobaría el 28 de enero el anteproyecto, hubiera o no acuerdo con los agentes sociales. Y los sindicatos han venido amagando con advertencias veladas de una posible nueva huelga general.

Pero Zapatero puso empeño en lograr el consenso y situó al frente de las mismas a los vicepresidentes primero y segunda, Alfredo Pérez Rubalcaba y Elena Salgado, además de al ministro de Trabajo, Valeriano Gómez. Y finalmente fue él mismo el que en una larga cena con los líderes de Comisiones Obreras (CCOO) y la Unión General de Trabajadores (UGT), Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez, dio el impulso final para desbloquear con ellos la parte más espinosa de la reforma: la de los años cotizados necesarios para un retiro a los 65 con el importe íntegro de la pensión correspondiente.

La edad de jubilación aumentará a los 67, si bien quienes hayan cotizado 38,5 años podrán jubilarse a los 65 cobrando íntegramente el pago. La jubilación a los 67 con una pensión íntegra necesitará de una cotización de 37 años. El gobierno defendió en un inicio un periodo de cotización de 41 años frente a los 35 actuales para los trabajadores que quisieran jubilarse a los 65 y cobrar íntegramente su pensión. Los sindicatos, que querían mantener el tiempo actual, se mostraron luego dispuestos a ceder pero sin subir de los 38. Al final, todos han cedido. La nueva edad de jubilación entrará en vigor en 2013 y se extenderá hasta 2027. En ese periodo irá aumentando progresivamente vida laboral del trabajador (un mes y medio más cada año).

Toda reforma de este tipo es siempre impopular y difícil de presentar a la población. Pero el hecho de que el gobierno tenga a su lado a los agentes sociales atenuará en parte el descontento social. Y parece que el Partido Popular de Mariano Rajoy podría sumarse. La formación expresó su "predisposición favorable" al pacto. "No le quedará más remedio que sumarse al acuerdo y esta vez no le valdrá abstenerse y quedarse al margen de las decisiones impopulares e incómodas", sostenía en la prensa un analista parlamentario, que recordaba que el líder socialista contaba ya con el aval de nacionalistas vascos y catalanes. Esta vez, Zapatero no se queda solo.

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