La economía volvió a centrar el intercambio dialéctico entre el presidente del Ejecutivo y el líder de la oposición durante la sesión de control al Gobierno, celebrada ayer en el Congreso. El primero, José Luis Rodríguez Zapatero, aprovechó su comparecencia para lanzar un mensaje de optimismo y contradecir a aquéllos que sostienen que estamos en crisis o que creceremos bastante menos de lo previsto -ver información superior-. Y es que, a juicio de Rodríguez Zapatero, "en el mundo hay confianza sobre la marcha de la economía española".

Justo en la línea contraria fue la intervención del presidente de los populares, Mariano Rajoy, quien instó al principal responsable del Ejecutivo a dejar de comportarse como un "comentarista" y ejercer de gobernante. "Las familias y empresas lo están pasando muy mal. No quieren ni comentarios, ni chascarrillos, ni chistes; quieren medidas y quieren que usted se comporte como un gobernante y adopte decisiones", le espetó.

Zapatero aseguró que no es conveniente "ignorar las dificultades, pero tampoco exagerarlas". En este sentido, reconoció que, tras un ciclo de "alto crecimiento" y "gran creación de empleo", la actual coyuntura, que atribuyó fundamentalmente a factores externos, ha llevado a "un proceso desaceleración y pérdida de la capacidad de crear empleo". No obstante, aseguró que, más allá de los datos coyunturales, la economía española tiene activos importantes para afrontar la situación: desde unas cuentas saneadas, a un sistema finaciero "sólido" o una fuerza laboral de 20 millones de trabajadores.

En su opinión, la mejor muestra de que la economía española genera confianza es la inversión extranjera, que en 2007 alcanzó un "récord" de 43.000 millones de euros -en el primer trimestre de 2008 sumaron 3.500 millones- .

El presidente del Gobierno insistió en que España sabrá afrontar las actuales dificultades y volver a crecer con fuerza, porque ése es el "espíritu y la actitud de los empresarios y trabajadores".