El Gobierno argentino busca una salida para Aerolíneas Argentinas y Austral con el grupo español Marsans, que quiere desprenderse de la compañía cuanto antes. El secretario de Transporte, Ricardo Jaime, descartó ayer que el Ejecutivo de Buenos Aires pretenda nacionalizar la compañía e insistió en que será "respetuoso" con la decisión del juez Jorge Sicoli, en cuyas manos ha quedado el futuro de la empresa.

Mientras el Gobierno y Marsans discrepan sobre en qué cantidad valorar la compañía (los analistas hablan de 900 millones de dólares), Aerolíneas Argentinas y su subsidiaria de vuelos domésticos Austral volvieron a aplazar o suspender ayer doce servicios para indignación de sus clientes. Fuentes sindicales reiteraron ayer que el 60% del total de 68 aviones de las dos compañías está fuera de servicio por falta de mantenimiento.