Uf. El sentimiento generalizado ayer era de alivio. Los jugadores sabían lo que se estaban jugando y cumplieron. Sacaron adelante su primera bola de partido con profesionalidad. Y con mucho fútbol y casta.

De entre los catorce que ayer tuvieron parte de culpa en el triunfo sobresalió uno de los centrocampistas. Ito completó un partido sencillamente perfecto. Apareció el internacional español. El jugador que se esperaba. El pulmón y el cerebro del Córdoba.

Y empezó el extremeño su discurso acordándose de los que no han fallado todo el año: "Lo primero de todo es agradecer el esfuerzo de la afición. Era necesario brindarles una alegría como la de hoy (por ayer)".

El futbolista ha vivido muchas cosas en el fútbol, pero no era capaz de explicar de dónde le llegó ayer la inspiración: "No sé de quién ha venido el espíritu. Todo el conjunto ha hecho un gran esfuerzo. Independientemente de lo personal, me quedo con lo hecho por el grupo".

No obstante, reconoció Ito que "era un partido para eso, para gente veterana, y los cuatro del centro que tenemos muchos partidos encima, teníamos que tirar hacia delante. La voluntad de todo el equipo ha sido sensacional y es lo que hay que valorar".

Sobre su rival explicó que "no nos ha inquietado mucho, sólo en faltas. Hemos sido superiores y supimos jugar con uno más".

Arthuro contribuyó con otro gol (tres en las dos últimas jornadas) que abría las hostilidades. El brasileño señaló que "ahora más que nada lo más importante era el resultado, nos hacía mucha falta. No había que perder la esperanza y hemos demostrado que tenemos jugadores para salvarnos".

Poco se puede añadir que una afición volcada en la adversidad, pero el delantero quiso enfatizar que "la afición ha mostrado su apoyo una vez más. Tremenda".

Pero la alegría no puede durar más que un par de días porque "tenemos que pensar ya en el Albacete. Ahora el efecto de las victorias hace verlo todo distinto. Con mucho esfuerzo se ha ganado y la gente que nos desacreditó debe darse cuenta de que todo es posible".

Arthuro marcó el primero, pero el tanto decisivo lo hizo Rubén Párraga. Un cordobés zurdo que le pegó a la pelota con el alma. Y con su pierna mala. El lateral explicó que "en los entrenamientos siempre intentas hacer cosas así. Pero hoy (por ayer) he tenido la gran suerte que le ha dado a uno y ha entrado. Le pegué con ganas tras ver al portero adelantado".

El gol tiene anécdota, porque el defensa confesó que había tenido "una pequeña pelea con Ito; él me decía que me pusiera ahí en la frontal y el míster que cerrase un poco atrás. Y gracias a que rebotó el balón pudo entrar. Ya véis".

Rubén reconocía que, justo al acabar el encuentro, "ya he mirado la clasificación. Creo que es posible. Ya dije que si ganábamos a Xerez y Albacete vamos a salir".

El cordobés recalcó que "la clave del éxito es seguir trabajando, no aburrirte, para cuando te dan la oportunidad demostrar que estás para jugar. Me ha salido un buen partido y estoy muy contento". Acabó de hablar y se fue, como siempre, sin alardes. Con él, ayer, triunfó la humildad.