Trece triples. 36 puntos. Ése es el objetivo de Juan Carlos Navarro en los siete encuentros que restan para la conclusión del curso 2007-08. Con ese registro cerraría la temporada con 159 triples anotados. Uno más de los logrados por Kerry Kittles en su temporada de rookie con los Nets, hace más de una década, y que son el récord vigente de triples logrados por un novato en una temporada. Con la temporada colectiva perdida, el escolta español busca al menos el premio de ser leyenda.

Anteanoche, Navarro sumó cuatro triples más a su cuenta particular, en el triunfo de Memphis ante New York por 130-114. Elevó su cuenta hasta 146, a razón de 1,95 triples por choque, con un porcentaje de acierto del 37,3%. El catalán está obligado a seguir ese ritmo para asegurarse el récord, y a acelerarlo para no perder la opción de que su nombre ocupe un renglón en la historia de la Liga. El logro no está aún certificado, pero las bases parecen puestas.

De entrada, Navarro está tirando mejor de lo que acostumbraba en el último tramo de Liga. En los últimos diez encuentros, el catalán roza el 40% de aciertos en sus lanzamientos desde el arco, y garantiza 2,3 triples por choque. Ese ritmo le ubicaría en la esfera de los 160 triples, lo que le ubicaría, además, entre los diez jugadores con más triples anotados en el curso 2007-08. Pero es que, y con una sola excepción, el calendario favorece las intenciones de Navarro.

El primer rival de los siete que le restan a Memphis es Golden State. El smallball y la velocidad que caracterizan el juego de los pupilos de Don Nelson beneficia al internacional español, que en los tres partidos precedentes ante el conjunto de la bahía de Oakland llegó al 50% en lanzamientos desde el arco para promediar 3,3 triples por encuentro. Redondeando la cifra, Navarro alcanzaría 149 triples anotados ante los Warriors.

Seguidamente, Memphis se cruza en dos ocasiones con los Wolves, que ya piensas, como los de Tennessee, en el próximo curso. La defensa de los de Randy Wittman ha puesto en problemas al catalán este curso -apenas un 26,7% de acierto en los triples- aunque supo llegar a meter dos tiros por partido. Así, tras la doble cita, Navarro alcanzaría 153 tiros de tres anotados. A cinco del récord de Kittles. El baloncesto veloz de los Suns -no tanto tras el fichaje de O'Neal- es otro de los caldos de cultivo propicios al talento de Navarro. En el triple duelo ante la franquicia de Arizona, el catalán se fue hasta un 43,8% de acierto, con un promedio de 3,5 triples por choque. De nuevo redondeando a la baja, el catalán llegaría a 156 triples anotados con tres choques para concluir el curso. Los deprimidos Heat, sin Wade por lo que resta de curso, podrían facilitar aún más la tarea del escolta, aunque el precedente no invita al optimismo: Navarro no anotó en su único duelo ante el equipo de Florida.

A dos partidos vista del cierre del curso, la aparición de los Blazers, que ya han perdido todas sus opciones de play off, será una bendición para el catalán. El 44,4% de acierto que acredita en sus duelos ante el equipo de Sergio Rodríguez y la media de dos triples por noche ante los de Oregon le llevarían a igualar el récord de Kittles con un partido aún por disputar. El último rival del año, los Nuggets, son un equipo ofensivo ante el que, no obstante, el catalán no se ha prodigado en exceso. Pero el triple por encuentro que promedia ante el equipo de George Karl le llevaría a 159 triples anotados, marca suficiente para batir el registro y entrar en la leyenda de la NBA.

En todo caso, hay beneficios colaterales a la lucha de Navarro contra Kittles. El catalán llegaría a la excelencia si demuestra que, en su temporada de debut, en un equipo en construcción y con relativa confianza por parte de su técnico, es capaz de lograr un registro histórico. En lenguaje NBA, eso se traduce en un contrato multianual por una franquicia con aspiraciones. Que es precisamente el fin último de Navarro en este curso que ya expira.