Numancia | córdoba · la crónica

Los de rojo y una roja

  • Con reacción El equipo de Paco se repuso del tempranero gol de Julio Álvarez y logró empatar con un tanto del motivado Juanlu Otra ración de polémica La rigurosa expulsión de Dani alborotó al Córdoba

Enfrente estaba el Numancia y perder formaba parte de los cálculos, pero la derrota encajada ayer en Los Pajaritos sentó como un tiro al Córdoba. El conjunto blanquiverde despidió el año con una inquietante serie de siete jornadas sin ganar después de un choque en el que se repuso tras el tempranero gol de Julio Álvarez y llegó a empatar por mediación de Juanlu, pero la expulsión de Dani por el capricho del árbitro inclinó la balanza a favor de un líder que anotó el 2-1 definitivo a diez minutos de la conclusión gracias a Toché. Visto lo visto, el parón navideño viene bien para taponar la hemorragia de un equipo en evidente declive.

El partido empezó a torcerse en el minuto 4. Se ha convertido en un mal endémico que el pivote defensivo del Córdoba quede amonestado desde los compases iniciales. Ayer, una vez más, Acciari vio una amarilla de inmediato. El argentino cortó con el brazo una internada de Julio Álvarez, quien dispuso de una falta idónea para su excelente golpeo a cinco metros de la frontal del área. El lanzamiento pegó en la barrera y el córner posterior evidenció un agudo despiste en la marca -otra tara habitual-, aunque el cabezazo de Carmelo desde el punto de penalti se perdió muy alto.

El Córdoba se mostraba firme en defensa gracias, sobre todo, a la intensidad de Aurelio. En una de sus intervenciones, Del Pino se dejó caer en el área. El árbitro no picó. Pero el Numancia achuchaba y encontró el premio a su insistencia pronto, en el minuto 12. Nagore se acercó al área y abrió a la derecha hacia Del Pino, cuyo centro, tras la pifia en el despeje de Acciari, fue remachado en el área pequeña por Julio Álvarez.

Hasta entonces, el conjunto blanquiverde había sido incapaz de hilvanar una jugada en condiciones. Tan sólo un par de errores en la entrega de Palacios habían generado algo de desasosiego en la grada. Peligro ficticio, muy poquita cosa. El primer tiro visitante, tras recoger Ito en la frontal el rechace de una falta botada por Arteaga, se marchó desviado.

El partido era de Nagore, un coloso con más técnica de la que parece, y Julio Álvarez, un virtuoso. Ito ralentizaba la construcción y Arteaga empezó a buscarse la vida por su cuenta, pero perdía la verticalidad en exceso. Dani también se asomaba por la derecha. Al menos, el Córdoba se había sacudido el dominio inicial y ya tuteaba a su cualificado rival. Eso sí, ni Asen ni Arthuro la olían y el 2-0 se antojaba más factible que el 1-1. El primer remate a puerta de los huéspedes se produjo en el minuto 31, con un testarazo picado del brasileño en un golpe franco ejecutado por Juanlu desde la izquierda. Jacobo blocó sin problemas.

Carmelo y Juanra volvieron a dar trabajo a David Valle con sendos disparos potentes desde fuera del área. En una contra, Juanlu ganó la línea de fondo por la derecha y su envío pasado cayó en los dominios de Arteaga, cuyo centro-chut fue repelido por la zaga rojilla. Definitivamente, el choque se había equilibrado.

Antes de que llegara el ecuador, el Numancia estuvo muy cerca de incrementar la renta. Carmelo botó un córner, a David Valle se le escapó una pelota que parecía atajada y Julio Álvarez metió la cabeza a cinco metros de la portería. Sobre la raya, con un escorzo casi imposible, Pierini evitó el segundo. La jugada continuó y un zapatazo de Del Pino originó otro saque de esquina y una nueva melé en el área. Los de Gonzalo Arconada estaban tan volcados que su insistencia dio pie a un fulgurante contraataque, desperdiciado por Arthuro con un mal control. Al descanso, el 1-0 era un mal menor.

El Córdoba salió encendido en el segundo periodo. El ardor se tradujo en dos rápidas cartulinas para Dani e Ito -ambos se jugaron la segunda poco después-. Y, de repente, el marcador se movió. Fue gracias a un inusual desbarajuste de la retaguardia del Numancia, explotado por Dani y Arteaga. El sevillano se escapó solo por la derecha y, ya dentro del área y junto a la cal, asistió a Juanlu. El malagueño marcó a bocajarro y lo celebró con sigilo por respeto a su antigua afición. Sólo cinco minutos después, un balón bombeado por el propio Juanlu botó sobre el travesaño.

Los dos primeros cambios de cada equipo fueron una declaración de intenciones. Arconada quitó a Nagore para aportar más toque y llegada con Juan Carlos Moreno y Endika reemplazó a un Ito que llevaba toda la tarde caminando sobre el alambre, amagando con volver a ser expulsado -había reaparecido tras la roja de Jerez-. El que se salvó de tal coyuntura fue Beranger, perdonado por Hernández Hernández tras cortar un avance de Arteaga con un flagrante agarrón. Apenas cuatro minutos después, el colegiado sí se mostró implacable con Dani. Lo queramos o no, los árbitros tienen potestad para manejar los partidos a su antojo. Paco recompuso la línea de cuatro con Pablo Ruiz como lateral derecho, sacrificando a Arthuro.

Quedaba un cuarto de hora y el Córdoba estaba con uno menos. Tocaba apretar los dientes. No bastó. Del Pino avisó con un cabezazo y Toché anotó el 2-1 al sacar partido de un defectuoso disparo de Juan Carlos Moreno que se convirtió en un centro mortífero hacia Rafa Jordá, recién salido al campo. Los tres suplentes del Numancia se asociaron en una combinación letal. Julio Pineda, aplaudido donde fue un ídolo años atrás, también estuvo a punto de llegar y besar el santo: nada más pisar la hierba recibió un pase de Asen y conectó una volea que Jacobo blocó en dos tiempos.

El Córdoba acabó a la desesperada, pues Pineda relevó a Aurelio. Asen ganó la espalda a la defensa en una oportunidad que no llegó a producirse, porque el envío de Arteaga no fue preciso. Rafa Jordá firmó un gol que no valía por fuera de juego. Y el envite se acabó, con el Numancia más líder y el Córdoba deteriorado por la negra racha. Infeliz Navidad.

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