PORTUENSE-LUCENA · LA CRÓNICA

Al puro estilo Gutiérrez

  • Un gol de Troiteiro en el minuto 92 guía a los aracelitanos al triunfo en el estreno del técnico en el banquillo (1-2) · El Portuense dominó todo el encuentro, pero pagó caros sus fallos

Con un gol en el descuento, peleando hasta el final, al más puro estilo de Antonio Gutiérrez. Así ganó el Lucena, que aprovechó la situación que vive el Portuense para lograr el triunfo gracias a un gol de Troiteiro en el alargue. La plantilla del cuadro gaditano está hundida, ya no sólo por los problemas económicos, sino por ver que su trabajo no tiene recompensa. El dominio que ejerció a lo largo y ancho de los 90 minutos sobre el Lucena no se puede discutir, pero el regalo de Diego Ramírez a Troiteiro resume todas sus desgracias.

Desde los inicios llevó el Portuense el dominio del encuentro, dejando al Lucena sin tener balón. Los locales vieron la inseguridad por alto de Toni García y el bombardeo fue mayúsculo. Pero al filo del descanso, un rechace en corto de la defensa portuense lo aprovechó Ortiz, sin que nadie le saliera al paso para disparar y batir a Taranilla.

El Portuense salió con ganas de los vestuarios y Abel mandó dos trallazos que exigieron a Toni. Así fue hasta que Cabello hizo penalti sobre Sanlúcar y Rubén Anuarbe se encargó de transformarlo para llevar el empate al marcador al filo de la hora de juego.

Con el juego exhibido por unos y otros, siempre se estaba más cerca del 2-1, que de la victoria visitante. A los 85 minutos Carrasco tuvo la clave para haber finiquitado el marcador, pero el centro de Abel, el que había sido el máximo goleador de la Tercera División, no encontró el olfato necesario y, sólo como la una, su cabezazo se estrelló en el pecho de Toni García.

Al menos el empate, lo que ya venía siendo una costumbre en el Cuvillo, podía conformar a algunos, sobre todo al Lucena. Pero la desgracia para los locales no se hizo esperar, y en un fallo de Diego Ramírez, que abrió el cuero a la derecha sin percatarse que allí estaba Troiteiro, que avanzó unos metros los suficientes para llegar a la frontal del área y disparar dentro de la portería. Y todo en tiempo de descuento, cuando ya no había capacidad para la reacción. Había ganado el estilo Gutiérrez.

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