Fútbol l Tercera División

Un punto y gracias; otra ocasión perdida

  • El Pozoblanco firma un encuentro muy escaso de fútbol en el que salva un punto ante un Industrial mucho más valiente

El Pozoblanco perdió una oportunidad inmejorable para confirmarse como aspirante al play off. Lo hizo en un partido que no fue para escribir poemas, pues no sólo es que no hubo goles, sino que no hubo ni ocasiones. Eso sí, las aproximaciones que hubo fueron del Jerez Industrial, que ayer no dejó jugar a un cuadro vallesano que ha mostrado una cara preocupante en los dos últimos encuentros. Es más, parece desfondado con jugadores a los que se les ve justitos de fuerzas en esta recta final, a la hora de la verdad.

El guión del Pozoblanco fue el mismo que en toda la liga. En la primera parte salió una vez más poco enchufado, dejando los deberes para la segunda, donde tuvo el infortunio de quedarse con uno menos por expulsión de Nieto. 18 expulsiones en lo que va de temporada. Casi nada.

Quedarse en inferioridad numérica no le benefició, pero sus problemas venían de antes. Sólo a los 19 minutos inquietó a Alonso en un tiro de Alberto que se fue alto. Y es que el Pozoblanco no tiró nunca entre los tres palos. El Industrial llegó en el primer acto en dos ocasiones. En la primera, Cabello le dio al césped cuando el balón estaba en el corazón del área; la otra fue de Selu.

En la segunda, los industrialistas comenzaron como un cohete, aunque en el inicio Cabello y Rubén Rodríguez salieron con pistolas de agua, perdonando la vida a Díaz. El Jerez llegaba y el Pozoblanco no decía nada. Melonazo va, melonazo viene. Parecía un partido de tenis, que hacía que los aficionados de cansaran de ver tanto juego por el aire y tan poco por la tierra.

Cuando el Pozoblanco se quedó con diez, le entró el miedo a perder el partido: de cazador a presa. El Jerez lo encerró, pero sólo originó algún temblor que otro cuando Vázquez salió al terreno de juego. A un cuarto de hora para el final, una indecisión en la salida de Alonso dejó el balón muerto a Rubén Ferradas, que tardó un mundo en reaccionar. Si hubiera estado rápido, hubiera tirado a puerta vacía.

La nota del partido hay que encontrarla en el resultado. El Pozoblanco no es lo que era, ha perdido encanto. Ayer sumó un punto porque el Jerez pagó el mal de los humildes: la falta de gol. Los de Neva tienen que reactivarse ya.

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