El delantero Pedro hizo la pretemporada a las órdenes de José González, junto con el lateral izquierdo Villarejo y José Mari, ahora en el dique seco. El central se recupera de una grave lesión de rodilla, un trance que antes le tocó pasar a Javi Pérez. El fino medio zurdo lleva el fútbol en la sangre: es hijo de Luis Pérez. Seguro que el técnico del Córdoba alevín es uno de los padres más felices del mundo.

Los tres canteranos no sólo han sentido este fin de semana el "orgullo" (Villarejo dixit) de viajar en el autobús del primer equipo -Pascual, también presente en las sesiones durante la semana, se quedó en tierra-, sino que uno de ellos tuvo minutos en Elche. Pedro ya había debutado en la Copa del Rey, y ayer estuvo a punto de volver a lucir el dorsal 27. Con Yordi doliéndose por un golpe, José dudó entre él y Javi Pérez. Hasta que, llegado el minuto 78, la camiseta azul con el número 28 saltó al césped. Él, futbolista de clase, dejó su tarjeta de visita a las primeras de cambio con un cambio de juego de 40 metros. Pidió la pelota, nunca se escondió. Y no se le cayeron los anillos para colaborar en defensa, tapando las subidas de Rubén. A la conclusión del choque charló con Usero, fue felicitado por el fisio Mariano Mansilla y por sus compañeros del filial y lanzó aplausos a la grada, donde estaban sus seres queridos. Javi Moreno acaba de retirarse y Javi Flores es el icono del cordobesismo. El otro Javi ya está aquí.

La cantera es un asidero en épocas de vacas flacas. La factoría de la Ciudad Deportiva está ahora de rabiosa actualidad por la catarata de bajas: siete en total. El técnico tiró de los jóvenes durante la semana e hizo bien en componer una convocatoria de 19 jugadores para comparecer en Elche, ya que finalmente Pablo Ruiz no pudo vestirse de corto por molestias en una rodilla. En los prolegómenos del partido, el defensa departió con el preparador físico, Esaú Sánchez; con el médico, Javier Bejarano; con el director deportivo, Emilio Vega… Nada de nada. Sus gestos de contrariedad eran evidentes. El sevillano se unió en la lista de damnificados al sexteto integrado por los sancionados Ceballos e Ito, los también lesionados Carpintero, Katxorro y Gastón Casas y el inhabilitado José Vega. El zurdo no pudo jugar ayer por culpa de una cláusula recogida en su contrato cuando cerró su etapa como franjiverde, el pasado verano.

Katxorro, Casas y Vega sintieron en su día el calor del Martínez Valero, al igual que Mario. La tarde de ayer fue calentita para el rubio lateral derecho, ya que la grada se cebó con él desde su primera intervención por las declaraciones efectuadas esta semana, en las que cuestionó el proceder de la afición ilicitana en particular y la valenciana en general.

Seguramente, el regreso de Acciari a El Arcángel acarreará más aplausos que pitos. El argentino dejó una grata imagen en su etapa como cordobesista: empezó la temporada renqueante por las secuelas de una lesión, pero la terminó como una pieza clave para José González. Sin duda, José Luis fue uno de los artífices de la permanencia. Sin embargo, en vez de renovar como blanquiverde optó por retornar al Murcia, y tras desvincularse del club pimentonero -sigue viviendo allí- firmó por el Elche. El pivote acudía a la llamada de David Vidal, precisamente su gran valedor en La Condomina, pero el gallego fue destituido tras la séptima jornada. Hay cosas que cambian, pero otras siguen inalterables: Acciari también es indiscutible para Claudio Barragán.

El centrocampista nació una semana antes que la Constitución Española. 30 años después, la salud del futbolista es mejor, ya que él no entiende de diatribas políticas. Por aquel entonces, allá por finales de 1978, Pedro, Villarejo y Javi Pérez estaban muy lejos de ser proyectos vitales. Hoy son una auténtica realidad, una luz al final del túnel.