ENTREVISTA · EMILIO VEGA

"A nadie le gusta que le critiquen en su casa"

  • Emilio se muestra “dolido” por la bronca de la afición del pasado sábado, pero se siente “más fuerte” · El leonés incide en que el equipo “no tenía ningún estilo claro”

“Emilio, vete ya”. Ése fue el grito unánime de la afición del Córdoba durante varias fases del duelo ante el Rayo Vallecano. El director deportivo, el hombre más solicitado durante el día de ayer en la ciudad, fue testigo directo de la bronca de la grada, sentado como suele ser habitual en él en la última fila del palco de autoridades. El leonés se muestra “dolido” porque “a nadie le gusta que le critiquen en su casa”, pero admite estar “más fuerte” para seguir en un cargo del que no piensa descabalgarse con el tren en marcha. Días después de la destitución de José González, el responsable del área deportiva del club blanquiverde explica el cambio en el banquillo reconociendo que el equipo “no tenía claro ningún estilo”. Espera que la llegada de Luna Eslava traiga buenos resultados porque, al fin y al cabo, “esto es ganar partidos”. De momento, los encargados de buscarlos serán los mismos que hasta ahora porque, pese a no cerrar las puertas a alguna incorporación en el mercado invernal, reconoce que en él “es complicado encontrar jugadores que den un buen rendimiento”.

–El equipo está en zona de descenso. La cuesta abajo es más que evidente.

–Bueno, ha empezado una nueva etapa y hay que darle tiempo. En un partido no se ve la evolución que puede tener el equipo, pero esperamos encontrar lo que el nuevo entrenador quiere.

–¿Qué lectura hace del partido ante el Rayo?

–Sabíamos que era un partido muy importante, ante un buen rival, con buenos jugadores. En la primera parte estuvimos muy imprecisos, pero en la segunda llevamos el control del juego, aunque nos faltó claridad para generar más ocasiones de gol. La actitud de los jugadores fue buena y el equipo mostró un estilo diferente. Ahora sólo hay que esperar que el equipo evolucione y mejore en las próximas jornadas.

–Porque lo que hay que encontrar es el resultado, ¿no?

–Está claro que esto es ganar, y esto es lo que hay que buscar. El sábado intentaremos ganar o sumar algo, y conseguir los máximos puntos posibles para remontar la situación, lo que nos haría estar a todos más tranquilos.

–Lo peor es que la debilidad defensiva y la nulidad en ataque no han desaparecido.

–Ante el Rayo tuvimos dos ocasiones clarísimas, una en la que nos anularon un gol legal a Pierini y otra con el remate de cabeza picado de Asen. Como dice Juan, hay que buscar el equilibrio en defensa y ataque porque no estamos teniendo suerte en ninguno de los dos sentidos. Sólo nos queda trabajar y tratar de mejorar.

–¿Qué se buscaba con la llegada de Luna Eslava?

–Hasta el momento, el equipo no transmitía buenas sensaciones porque no tenía claro ningún estilo y los resultados eran malos. Hay que buscarlos y, si es con buena imagen y buen juego, mejor.

–Si el entrenador no consigue dar con la tecla, ¿quizás el problema esté en los jugadores?

–Creo que cuando no funciona una cosa, la responsabilidad es de todos. Del director deportivo, del entrenador, de los jugadores... La actitud de la plantilla es buena y la demuestra con el trabajo diario, pero hay que buscar el acierto a la hora de definir. Nadie puede decir nada de la actitud de los jugadores, por lo que sólo falta que lleguen los resultados.

–Desde luego, es sintómatico que en el once del sábado hubiera seis jugadores (Pierini, Rubén, Endika, Javi Flores, Arteaga y Asen) del año del ascenso, después de que el club haya firmado a más de una docena de futbolistas los dos últimos cursos.

–No creo que sea así porque el equipo tiene 23 jugadores en la plantilla y ningún fichaje tiene la garantía de jugar. El Huesca está haciendo una gran temporada con jugadores de Segunda B y el Sporting marcha bien en Primera sin que juegue ningún fichaje. Un director deportivo no hace los fichajes para que sean titulares, sino para completar la plantilla. Para mí, importantes son todos los jugadores de la plantilla.

–Lo cierto es que de los refuerzos del pasado verano, sólo Raúl Navas tiene el cartel de titular.

–Siempre he dicho que para hacer un análisis hay que esperar al final de la temporada. No se puede analizar el rendimiento de los jugadores cuando sólo han transcurrido 16 jornadas. A él se le crucificó sin motivo desde el inicio. No se puede emitir un juicio ahora porque no es lo más justo.

–Con esta perspectiva, ¿se hace inevitable acudir al mercado invernal o la confianza en la plantilla es plena?

–Eso se analizará durante el parón con el entrenador y veremos las posibilidades que hay. Toda plantilla es mejorable, pero en este mercado es evidente que es complicado encontrar jugadores que den un buen rendimiento.

–En todo caso, ¿se buscarían refuerzos también válidos para el futuro?

–Bueno, depende del perfil del jugador, pero ni ahora ni antes hemos buscado hipotecar al club.

–¿Qué falla en Córdoba para que todos los fichajes parezcan peores que en sus anteriores clubes?

–No lo sé. Sería cuestión de sentarnos todos, directiva, jugadores, afición y medios de comunicación para tratar de encontrar una solución. Pero lo cierto es que en los 50 años de historia del club, no ha habido una línea regular que le permitiera estar donde se merece, que es en Primera División. Está claro que todos los directores deportivos, entrenadores y jugadores que hemos pasado por aquí no vamos a ser malos. Es una cuestión para reflexionar.

–La grada, el sábado, le echó todas las culpas a usted con una bronca unánime. ¿Qué le pareció?

–Sólo me queda respetar su opinión, tienen derecho a expresarse como lo deseen y yo tengo que asumirlo.

–Al no estar José González ya en el banquillo, usted quedó en el disparadero.

–Es cierto que si se hubiera tomado la decisión después del partido, las protestas de la afición se hubieran repartido o se hubieran dirigido hacia uno de los dos. Después de la destitución, estaba claro que podía ser más directa hacia mí. Pero yo siempre he tomado las decisiones que he creído mejores para el club, independientemente de cómo pudiera repercutir en mi tranquilidad.

–¿Se siente responsable de todos los males del equipo?

–Soy el director deportivo y, por tanto, el máximo responsable del club en la parcela deportiva, y el abonado tiene derecho a interpretar lo que quiera, así que puede ocurrir lo que ocurrió el sábado. Hay veces que no se consigue un buen rendimiento y es cuestión de cada uno señalar un culpable.

–¿Está dolido?

–Por supuesto. A nadie le gusta que le critiquen en su casa y yo considero que ésta es mi casa, pues lo ha sido tanto de futbolista como ahora de director deportivo. Este puesto lleva eso por añadidura y hay que ser coherente y pensar que, en algún momento, puede pasar lo que pasó el otro día.

–Como ya se ha encargado de decir en más de una ocasión, ni se le pasa por la cabeza dimitir.

–En este momento estoy con muchas ganas. Ni de futbolista ni de director deportivo me han regalado nada, todo lo he conseguido por mi trabajo. Esto te hace reflexionar, pero hay que ver que es un momento puntual que me hace ser más fuerte si cabe.

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