Se presumía un duelo de puros delanteros en Castalia entre los pichichis albinegro y blanquiverde, Tabares y Javi Moreno, pero José González apostó por la continuidad de Arthuro en el once. El Huracán argentino frente a la ventisca de primavera en la que se ha convertido el brasileño cordobesista. Muy pronto uno y otro demostraron su perfil en el campo y su aportación a sus respectivos equipos. Mientras el nueve local no paraba de mover a la defensa visitante -Pablo Ruiz y Antonio acabaron la primera parte mareados, aunque con el asunto bajo control-, en el área contraria Arthuro suficiente tenía con pescar algún balón aéreo para bajarlo con cierto sentido y distribuirlo para sus compañeros.

Dos islas en el ataque de cada equipo pero con sensaciones muy distintas. Hasta el minuto diez, el argentino había tenido tiempo rematar de cabeza en dos ocasiones y probar las endebles manos de Iglesias, abrir con coherencia a las bandas, recibir dos faltas de los centrales cordobesistas y hasta permitirse el lujo de hacer un doble sombrero ante Ito y Acciari. Mucha presencia, calidad y oportunismo en el ataque albinegro que contrastaba con el empuje, pero poca eficacia, de Arthuro.

Sólo un par de paredes con Asen y alguna internada aportó el intermitente jugador cordobesista, que pedía a gritos un relevo para la segunda mitad. El protagonismo del encuentro recayó entonces en Tabares, que demostró su eficacia y frialdad al transformar el penalti que adelantaba a los castellonenses. No paraba el argentino de buscar a sus compañeros, tirarse a las bandas y pedir el balón para crear peligro en el área rival.

Tras el descanso, nada cambiaba. Tabares seguía incordiando y pudo sentenciar el encuentro con un magnífico remate en plancha que se estrelló en el palo de Iglesias. Pero llegó la oportunidad del ciclón blanquiverde que sustituía a Arthuro. El nueve cordobesista, Javi Moreno, hizo su entrada en el césped en el minuto 60 y eclipsó al resto de los 21 jugadores.

El valenciano reclamaba su oportunidad y no paraba de desconcertar a la zaga rival. Una pared con Asen pudo ser el empate si el madrileño se hubiera mostrado más efectivo. Una apertura a la banda de Juanlu acabó con un remate de Arteaga al palo. Hubo continuos movimientos para desequilibrar al rival y hasta airadas protestas para caldear el encuentro. Moreno, en estado puro, supo estar en el momento preciso y en el lugar adecuado. Pablo Ruiz peinó al segundo palo un córner de Juanlu y el killer no perdonó para marcar su segundo tanto consecutivo e igualar un encuentro que parecía perdido. Vuelve el ciclón de Silla. Regresa el gol al Córdoba. Restan diez jornadas para finalizar la liga y Moreno se reivindica. González ya sabe que el verdadero huracán lo tiene en su casa.