Pocas veces el deporte puede provocar sentimientos tan encontradas en tan pocos metros cuadrados. Mientras el partido desgranaba sus últimos segundos, el banquillo del Adeba reflejaba una sensación agridulce, la de una victoria sin premio. En el otro extremo, el Náutico lloraba una nueva derrota, un nuevo fracaso en su cuarta presencia consecutiva en una fase de ascenso. Pero las protagonistas estaban en la grada, donde las jugadoras del Conquero saltaban de alegría viendo cómo un pequeño milagro les otorgaba el ascenso a la Liga Femenina 2, algo impensable apenas unas horas antes.

Porque el Adeba llorará durante muchos días su derrota de la primera jornada ante el Conquero y esos 27 puntos de desventaja que anularon sus opciones de lograr el ascenso. Ayer sólo le quedó ofrecer su mejor imagen y reivindicarse con un triunfo de prestigio ante el Náutico, que, de paso, le dio el ascenso al Conquero.