"Eso no te lo voy a contestar". Rafael Nadal se ríe y se revuelve algo incómodo, porque la pregunta que acaba de recibir no le gusta: "Si se viera obligado a elegir entre ganar el Masters o la final de la Copa Davis, ¿con qué se quedaría?".

No le gusta porque, como él mismo admite, responder lo pondría "en un compromiso". Es cierto que Nadal nunca ganó el Masters, pero aunque no pueda decirlo, la sensación de ganar en equipo es superior, lo seduce desde las entrañas del futbolista de alma que es.

Jugar la final del torneo que reúne a los ocho mejores del mundo sería una buena noticia para Nadal o Ferrer como individualidades, pero probablemente no para un equipo español que es consciente de que sus rivales argentinos, oficialmente lesionados, se apartaron de los torneos del circuito para preparar la final de Sevilla.

Por antecedentes y por ranking, los españoles deberían ser claros favoritos. Al fin y al cabo acumulan cuatro títulos en la Copa Davis contra ninguno de Argentina, y cuentan con el número dos y el cinco del mundo. Sin embargo, Ferrer no lo ve así.

"Si se pierde no sería extraño, para nada", dijo Ferrer, que no se sorprendió al conocer las declaraciones del capitán argentino, Tito Vázquez, en las que abre la posibilidad de que David Nalbandian y Juan Martín del Potro jueguen el punto del dobles del sábado. "Yo tengo intuiciones, e intuyo que Nalbandian no jugará el primer día (ante Rafael Nadal). Jugarán Del Potro y Mónaco".

Esa intuición es compartida por casi todos los observadores de la final, que avizoran un fin de semana de estrategias y ocultamientos de equipos hasta último momento.