Tras cinco años de apasionada relación con amargo final, el Barcelona y la que fue su gran estrella, Ronaldinho, están cerca de separar sus caminos y buscan una despedida cordial que parece difícil. El gol de chilena que el brasileño marcó al Atlético de Madrid el 1 de marzo puede haber sido el bello epílogo a una época en la que su sonrisa fue la seña de identidad de un equipo que logró menos de lo esperado.

Su llegada marcó el inicio del ciclo y su más que posible salida marcaría el final. Lesionado y señalado por muchos como culpable, el jugador dispone de cuatro partidos y poco más de dos semanas si quiere decir adiós en el césped. "Ronaldinho tiene muchas ofertas, pero nada concreto. Abramovich está loco por él desde que llegó a Barcelona. Hay posibilidades con otros clubes, pero no hay nada firmado", dijo un íntimo amigo del jugador.

Elegido en diciembre de 2005 por segundo año consecutivo como el mejor del planeta, Ronaldinho está muy lejos del primer plano, y pasa sus días en Castelldefels, una localidad al sur de Barcelona, bailando y cantando mientras espera que su futuro se defina. Deisi de Assis Moreira, hermana del crack y su voz de cara a la prensa, no habla de un adiós al Barcelona y asegura que el jugador trabaja fuerte en volver. "Ronaldo está muy volcado con su plan de recuperación", aseguró Deisi. "Está trabajando mucho para que se cumplan los plazos previstos", agregó.

Pero esos plazos señalan que su aductor oficialmente dañado estará recuperado cuando la Liga española ya haya terminado. El 11 de mayo el Barcelona de Ronaldinho disputará su último partido en el Camp Nou. Con o sin él.

Tras un año en el que jugó poco y mal, Ronaldinho sabe que el Milan tiene puesta su vista en él, al igual que el Chelsea. Joan Laporta ya anunció que no lo venderá por menos de 40 millones de euros. ¿El inicio de la negociación?

A Ronaldinho se le ataca por su bajo rendimiento, su deterioro físico y su vida nocturna. Laporta cree que necesita "motivaciones". El íntimo amigo de Ronaldinho relativiza ese análisis: "Está entrenando para ser competitivo, por eso ahora no está para echar cohetes. Le gusta ganar, pero ¡qué va a a estar deprimido! En España está de puta madre. Lo ha ganado todo y es normal que ahora baje".

Pero esto es el final de un idilio que empezó a resquebrajarse después del Mundial de Alemania, en el que fracasó el plan diseñado por su hermano para presentar al astro como la megaestrella global del fútbol. Nada salió bien. Y ahora está cerca de decir adiós al Barcelona por la puerta de atrás.