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La criba deja al club huérfano de héroes

  • Del once del partido del ascenso en Huesca sólo siguen Arteaga y Asen · Pierini, que también jugó, podría renovar

El Córdoba subió a Segunda División por última vez el 24 de junio de 2007. Han pasado únicamente dos años de aquella gesta y la última criba realizada por Javier Zubillaga y Lucas Alcaraz ha dejado a la afición definitivamente huérfana de sus últimos héroes. Porque de aquel once que saltó a defender el 2-0 de la ida en El Arcángel únicamente sobrevivirán seguro en el curso 2009-10 Asen y Arteaga, si bien Pierini está a punto de firmar su renovación.

Los primeros en caer de aquella alineación fueron los dos mediocentros titulares. Juan Navarro y Esteban se fueron sorprendentemente sólo días después de festejar en Las Tendillas. El primero se marchó a Orihuela, el segundo a Roquetas de Mar.

Una temporada más aguantaron Dani, Diego Reyes y Julio Pineda. Los tres fueron cortados por José González tras conseguir la milagrosa salvación de Anoeta. El madrileño Dani se marchó al Ciudad de Murcia de Segunda B. Reyes permaneció en Segunda en el Castellón y Pineda -a pesar de que su tanto de cabeza valió el empate beatífico en San Sebastián- tuvo que emigrar a la vecina Lucena. Los tres se fueron muy dolidos.

Esta campaña ha llegado la defenestración definitiva. Han caído cinco que intervinieron en aquel encuentro en tierras aragonesas. En algunos casos estaba cantado. Valle, por ejemplo, apenas ha jugado dos encuentros esta campaña e incluso cuando ya la salvación estaba cantada, Luna Eslava prefirió colocar a Fernando -el tercer cancerbero, al que sí le han ofrecido renovar- en la portería. El catalán ya no podrá golpear el escudo reivindicando su cariño al CCF antes de cada choque. El también graduado en investigación privada siempre dijo que "si tengo un hijo le diré que no se dedique a esto de portero".

Extraña, pero menos, la no continuidad de Aurelio y Endika Bordas. El sevillano se ha tirado casi toda la temporada parado por sus problemas en el tobillo, aunque cuando ha tomado la alternativa ha dado la cara. El Ceuta siempre ha estado interesado en Lelo, pero habrá que ver si el central acepta descender a la categoría que tanto gusto le dio abandonar.

Por su parte Endika, que se estrenó con el equipo marcándole un golazo al Linares ese año del ascenso, nunca se ha cortado a la hora de reivindicar su valía. Sin embargo, sus apariciones intermitentes han condicionado su estancia en Córdoba. El típico "vasco que mete la cabeza hasta en un avispero si hace falta", como lo bautizó Emilio Vega, se ha quedado sin sitio en la nueva planificación.

Pero, sin duda, las dos bajas que más han llamado la atención han sido las de Rubén y Guzmán. El zurdo progresó desde su llegada -en aquel duelo de junio de 2007 fue suplente- y esta campaña ha disputado 39 encuentros. Eso no le valió para seguir y el Cádiz podría haberle hecho ya una oferta.

El Pollo Guzmán fue uno de los protagonistas de aquella eliminatoria ante el Huesca. "Cuando veía que el balón iba a entrar, he sentido tanta alegría que ni he visto el gol", relataba aún emocionado el veloz extremo después del 2-0 de la ida. No desentonó en Segunda, aunque su fractura del húmero le dejó esta campaña k.o. en su mejor momento. Pese a todo, fue capaz de recuperarse para las dos últimas citas e incluso de ser el mejor (hasta marcó) en La Romareda. De nada le sirvió. Si como escribió Shakespeare el pasado es un prológo, todos ellos escribieron uno muy bonito.

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