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"Mi confianza es total"

  • Lucas Alcaraz ratifica su compromiso con el dueño del Córdoba, José Romero, que "nunca ha dejado tirado a nadie" · El granadino pone el acento en el próximo partido y elude hablar sobre su porvenir

Siempre ha hablado claro, pero últimamente está despachando discursos de una contundencia y claridad poco usuales en las salas de prensa de los estadios. Lucas Alcaraz comparecía ayer ante los medios de comunicación en El Arcángel plenamente consciente de que le iban a fusilar con cuestiones extradeportivas. Las reuniones mantenidas a múltiples bandas a propósito de la complicada situación económica del club, los retrasos en los pagos -con él mismo como uno de los principales afectados-, los efectos de la crisis en el vestuario... Al técnico granadino se le vino encima un torrente de interrogantes que capeó con empaque, sin necesidad de parapetarse detrás de los tópicos de rigor. Confianza fue el término más repetido a lo largo de la comparecencia del entrenador del Córdoba, que ratificó su compromiso de fidelidad con el dueño del club, José Romero, y recalcó su sintonía con una plantilla blanquiverde de la que dijo estar "súper orgulloso".

Mensajes de unidad ante la desgracia. Un clásico. Pero Alcaraz lo barnizó de un tono muy humano, más allá de los cumplidos. Después de haber superado récords de permanencia en el banquillo que no se conocían desde hace décadas, el entrenador se siente plenamente integrado en la realidad de una institución que parece abonada a vivir en convulsión. "Sabíamos que este año a nivel económico era complicado desde el principio y, además, desde el punto de vista institucional también han pasado cosas", explicó antes de exponer con firmeza su implicación con el desafío presente: "Tengo plena confianza en el compromiso de los jugadores, sé que cuando salgan al campo van a dar lo mejor de sí mismos; también tengo confianza en que los asuntos que no son plenamente futbolísticos están en buenas manos. Mi confianza en el grupo empresarial y en la persona de José Romero es absoluta, total. No tengo ni el más mínimo resquicio de duda sobre que va a responder, con las fórmulas que haya que adoptar, a sus obligaciones con el club".

Más allá de reglamentos y leyes, Lucas puso el acento en cuestiones personales, porque "el fútbol es un deporte de seres humanos" y, al final, "lo que ayuda es conocer con quién compartes viaje, no los estereotipos de leyes y tal". Y ahí, en la distancia corta del día a día, Alcaraz lo siente de un modo muy particular. "El señor Romero no ha dejado nunca tirado a nadie. Tengo una tranquilidad absoluta en su palabra y en su grupo empresarial. Y de la plantilla puedo decir que su capacidad está fuera de toda duda para mí. Unos días podemos estar mejor o peor en el campo, pero el vestuario tiene un nivel de implicación absoluto y una dedicación al trabajo total", expresó Lucas, quien apuntó que las noticias que han ido surgiendo a lo largo de toda la semana sobre la posibilidad de que el club se acoja al concurso de acreedores no han hecho mella en el vestuario. "La gente está centrada, aunque es difícil. Vosotros (refiriéndose a los periodistas) sois un vehículo de comunicación con los aficionados y por eso hacemos un paréntesis para hablar de estos asuntos extradeportivos, porque hay que hacerlo, pero nosotros (la plantilla y los técnicos) estamos ya en otra cosa", dijo.

En medio de toda la incertidumbre, Alcaraz ya dio un paso al frente la semana pasada cuando admitió que estaría dispuesto a seguir "por compromiso personal con José Romero" siempre que el club "lo considerara oportuno". Su vínculo contractual expira el próximo 30 de junio. ¿Seguirá? Tal y como se están moviendo las cosas en el Córdoba, parecía un debate fuera de lugar. Alcaraz, ahí sí, agarró el libro de los tópicos -que no por serlo dejan de ser verdad- y explicó que "los entrenadores estamos rodeados de muchas circunstancias; hacemos nuestro trabajo, pero las circunstancias mandan". ¿Pero usted seguirá?, le insistían. "En veinte años que llevo en esta profesión, yo me centro en trabajar para mejorar los equipos en los que he estado y en preparar el partido del próximo domingo. No lo digo porque sea una muletilla, es que es así porque otra cosa no puedes hacer. Siempre miro al siguiente partido. ¿Después? Pues depende del resultado, de si cae bien o mal... Son muchos condicionantes, muchos no se pueden manejar y lo mejor es no pararte a pensar mucho", argumentó el preparador nazarí.

Y el próximo partido es mañana en El Alcoraz, un escenario en el que hace cuatro años arrancó la última aventura blanquiverde en Segunda División, en la que todavía está inmerso. "Iremos a ganar, como siempre hacemos", advirtió Lucas antes de levantarse.

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