Racing b | villanueva · la crónica

Entre el cielo y el suelo

  • Lo tuvo El conjunto rojillo, que igualó la eliminatoria en el primer minuto, tuvo la remontada en un tiro de Baby al larguero Se fue El empate de un genial Iván Bolado noqueó al Villanueva, que acabó goleado

Allá por el año 1986, Mecano comenzó a cimentar su historia con un álbum titulado Entre el cielo y el suelo. Ahora, 22 años después, sólo un título así puede servir para ilustrar el último capítulo de la aventura del Villanueva camino de la Segunda División B. Porque el cuadro rojillo, que llegó a Santander con la misión de remontar el 0-1 cedido en el Nuevo Estadio, tuvo en sus manos -o, mejor, en los pies de Baby- la posibilidad de hacer realidad su sueño de recuperar la plaza perdida en la categoría de bronce justo un año después de despedirse de ella. Prácticamente empezó el encuentro con la serie igualada -Baby hizo el 0-1 en el minuto 1- y en su siguiente llegada sólo el palo pudo evitar el 0-2. Pero falló. Y volvió a encontrarse con la cruda realidad, la de un filial que saca petróleo de sus escasas ocasiones de gol. En la primera, al borde del descanso, logró un empate que dejó muy tocado a un conjunto pedrocheño que siguió intentándolo tras el descanso, pero murió fruto de la mala suerte y la inconsistencia defensiva que ya le persiguió en la ida. Fue un palo demasiado duro, una goleada a todas luces inmerecida que pone el punto y final a una era dorada en el club jarote.

El partido no pudo empezar mejor para el Villanueva. Con los protagonistas aún posicionándose en el terreno de juego, Baby aprovechó un despiste de la zaga local para batir a Mario. Era el primer gol que encajaba el Racing B en todo el play off. Era la situación que quería ver Carrasco, que ayer apostó por un once muy ofensivo con Baby, Quero y Picón como referencias, para ver cómo se las apañaba el filial cántabro con el marcador en contra.

Pero los montañeses apenas notaron el golpe sufrido. Siguieron a lo suyo, demostrando una madurez impropia para lo que se espera de un filial. Pastor pudo igualar la contienda, pero se topó con un inspirado Óscar Benito. Aun así, el que más cerca estuvo de nuevo del gol fue Baby, que estrelló su remate en el larguero con Mario ya batido. Ahí estuvo la suerte de la serie, el lance que pudo haber cambiado una historia que hoy es montañesa.

En los siguientes minutos, el juego fue un toma y daca de ambos equipos, pero sin que ninguno lograse decantar la eliminatoria de su lado. Poco a poco, el mayor peligro empezó a llegar siempre por el lado racinguista y Rubén Obregón tuvo la primera ocasión clara con un disparo que salió rozando el palo de la meta defendida por Óscar Benito.

Los locales seguían presionando a un Villanueva que perdió presencia en ataque. Bastante tenía con defender. La clave estaba en dejar la portería a cero. Pero no contaba con la inspiración de Iván Bolado. El héroe del Racing, el hombre que llevó al conjunto cántabro a la Copa de la UEFA por primera vez en su casi centenaria historia -el club cumplió el sábado 95 años-, apareció justo en el momento adecuado para reivindicarse. Rubén Obregón puso el balón desde la izquierda y el ariete disparó cruzado a la escuadra ante la mirada atónita de Óscar Benito. Otra vez la misma película.

Tras el descanso, el Villanueva salió dispuesto a conseguir el segundo tanto y tuvo su oportunidad en un remate de cabeza de Elvio, que tuvo que ser atendido junto con el defensa Nando, ya que sus cabezas chocaron en la jugada. El argentino volvió al terreno de juego aún aturdido. Y eso es mucha ventaja cuando enfrente tienes a Bolado. El racinguista recibió, aprovechó un desafortunado resbalón del central rojillo y culminó la remontada.

Quedaba apenas media hora y el Villanueva estaba obligado a hacer dos goles. Baby lo intentó con un disparo lejano, pero tuvo la respuesta de Mario. Y en plena fase de reconstrucción rojilla, una falta que supuso la segunda amonestación y posterior expulsión de Miguel Ortiz acabó en el 3-1 de Edu Bedia. Un directo a la mandíbula. El conjunto jarote quedó groggy y cayó a la lona cuando una internada de Raúl Martín por la derecha acabó en las botas de Bolado, que pudo el broche de oro a su partidazo con un triplete y el 4-1 final.

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