Son dos chavales risueños y despiertos. José Antonio Martínez Jiménez y Rubén Fernández Sánchez, cuando van de incógnito, ocultan la fortaleza que llevan dentro. José Antonio y Rubén son dos campeones. Dos grandes atletas. Y son sordos. ¿Y qué?

Ambos participaron con éxito en el último Campeonato de Andalucía celebrado en Granada. Martínez en la prueba de cross y Fernández en la de mountain bike. Y ambos triunfaron. De hecho, sendos trofeos lustran desde el pasado puente las vitrinas del club Aprosor y el personal de ambos. Están en la elite. Pero ya llevan mucho tiempo en ella.

Rubén Fernández ya fue bronce en el pasado Campeonato de España y Juan Carlos Martínez estuvo el pasado 1 de diciembre en el de cross celebrado en Madrid, donde acabó en el primer puesto.

Los dos pertenecen a un club con mucha solera en Córdoba. Aprosor lleva desde 1973 realizando una gran labor integradora para que las personas con problemas auditivos puedan sentir el placer de competir en primera persona. De una labor seria de mucho tiempo llegan estos logros. Pero su presidente, Antonio Jesús de la Rosa, es ambicioso. Mira con confiaba sus dos más recientes galardones y comenta que "ahora tenemos que conseguir que puedan llegar a la selección española y, si puede ser, a las Olimpiadas de Pekín".

Pero el camino no es fácil. Ni lo fue nunca. Rubén Fernández, que trabaja como pintor para la empresa Aras, tiene que encontrar huecos donde no los hay para ejercitarse dos o tres horas por día en bicis estáticas adaptadas al entrenamiento en mountain bike. Se lamenta de que , cuando intentaba competir con personas no sordas, "el 20 por ciento de los elementos eran obstáculos", por lo que "se siente mejor" entre compañeros sordos. Todo por emular a Juan Pedro Trujillo, su ídolo y su gran referencia cuando rueda.

Para José Antonio, seguir en el deporte tampoco es sencillo. Y eso que, desde pequeño, ha sentido la imperiosa necesidad de practicarlo: "Participaba con personas oyentes e intentaba seguir la competición por las vibraciones, pero el resultado no era del todo satisfactorio". Como socio del Club Trotacalles, Martínez tiene acceso a las pistas de El Fontanar, aunque a él le gusta también de vez en cuando "ir a correr por el Brillante, por el Tablero, aunque de noche no me atrevo por si algún coche no me ve". Trabajador de la empresa Marmolinox, José Antonio no podría costearse sus aspiraciones sin la ayuda de su club. Y nunca hubiera podido conocer en persona a Juan Carlos de la Osa, que su máximo ídolo: "Darle la mano en el cross de Toledo fue para mí una emoción muy grande".

Uno y otro sólo tienen palabras de agradecimiento para Antonio Jesús de la Rosa y la organización que preside: "Aprosor nos ha brindado una ayuda perfecta. Nos ha ayudado con el material, con los viajes... y además también tiene una liga de fútbol sala en la que también participamos".