La crónica

De cabeza al 'play off' (1-0)

  • El conjunto local acosó desde el arranque a un inmenso Barbosa Revulsivo Alberto García detuvo un penalti a Vitolo y encendió El Arcángel. Un golazo de Javi Patiño eleva a los de Jémez.

El Córdoba, el mismo equipo vapuleado en Soria (5-0) en la jornada anterior, vuelve a figurar entre los seis mejores de la Liga Adelante gracias a su solidez en El Arcángel. Partidos como el de ayer son los que te dan o te quitan la gloria: había que ganarlo y se ganó, pero costó un riñón. El vendaval de fútbol de la primera parte no bastó para doblegar a Las Palmas, con Barbosa enorme bajo los palos, y su homólogo respondió en el primer tiro a puerta de la Unión: Alberto García voló para parar un penalti a Vitolo. Espoleado, el CCF retomó su cruzada hacia el gol y lo encontró a través de Patiño, ejecutor de un cabezazo de oro a falta de 20 minutos. Un testarazo de play off de ascenso.

Paco Jémez mantuvo en el once a López Garai, recuperado de sus molestias musculares, y devolvió a López Silva, ausente en Los Pajaritos por sanción, su puesto como interior izquierdo. La noticia estaba en la punta de lanza, con un tinerfeño apuntando a Las Palmas: Airam Cabrera se estrenaba en El Arcángel dejando en el banquillo a Patiño y Pepe Díaz. Por su parte, Juan Manuel Rodríguez optó por un modelo muy ofensivo, calcando el 4-1-4-1 local con Javi Castellano como improvisado lateral derecho, Javi Guerrero y Jonathan Viera entre líneas y Mauro Quiroga como ariete.

López Silva apareció en las dos primeras llegadas peligrosas, un tiro desde fuera del área y la pausa justa para habilitar a Fuentes en la primera irrupción del lateral, estropeada por un mal centro. El 1-0 estuvo muy cerca en el minuto 6, cuando Airam dribló a Barbosa junto a la línea de fondo y centró para que Borja García rematara a bocajarro; el balón, repelido por Laguardia junto a la raya, pegó en el larguero y se fue a córner. Mientras, la Unión buscaba en la izquierda a Dani Castellano, autor de una gran rosca que Quiroga no cabeceó por poco. El argentino, despreciado por el CCF -en concreto, por Lucas Alcaraz- en 2010, desprendía aroma de venganza en un conjunto empeñado en buscarle con pelotazos. Lejos de hacer daño, cometía una falta tras otra.

Barbosa desvió con apuros una volea de Borja y Airam remató en carrera un pase de Fuentes. El cordobés, favorecido por la falta de cuajo de Javi Castellano como lateral, estaba desatado: pasado el cuarto de hora recibió de Carlos Caballero, ejemplar con la cabeza levantada, y probó por el palo corto en vez de dar el pase de la muerte. El gol no es su fuerte, desde luego. Tampoco acertó López Silva, solo, porque Barbosa tapó el arco como si fuera un portero de balonmano.

El Córdoba se gustaba en el toreo, explotando el punto débil de un rival humillado, pero fallaba en la suerte suprema. No mataba. Así se le escapó un cuarto de partido. La continuidad de su juego, alimentada por múltiples robos de balón merced a una presión feroz, se veía quebrada por el desatino en los últimos metros, la gigantesca figura de Barbosa y la atención médica a un par de adversarios. Alberto García, limitado a algún despeje con el pie, realizaba ejercicios para no enfriarse.

El fulgurante arranque no había cuajado. La Unión se asentó y el encuentro entró en una fase adormecida. Con menos ritmo era más difícil sorprender a un equipo que ya ofrecía algún destello a través de David González o Jonathan Viera. Con menos ritmo y con las desesperantes imprecisiones de Fernández y Fuentes en sus centros al área. Entonces surgió una jugada que se repite y se repite sin éxito: diagonal suave de López Silva, recorte hacia dentro, rosquita al palo largo… y casi. Esta vez no fue el poste, sino la manopla de Barbosa, lo que escupió la pelota.

"Nos estamos escapando…". Este comentario, vertido por un periodista insular en el descanso, resumía lo sucedido en la primera mitad. Cuando Los que llegan hasta el fondo se acercaron al Fondo Norte tras su actuación en el centro del campo, los hinchas animosos les jalearon con el clásico "¡esto sí que es una chirigota!". "No, una chirigota son los de amarillo", replicó otro informador canario. No era para tanto, pero lo cierto es que Las Palmas debía hacer algo más que encomendarse a las articulaciones de su guardameta para puntuar en El Arcángel.

El Córdoba mantuvo su propuesta tras la reanudación. Sin cambios, sin dudas. Con las mismas triangulaciones por dentro hasta encontrar un pasillo que propiciara un remate (Airam Cabera y Javi Hervás lo intentaron muy pronto). López Silva dejó amonestado en el 50' al dubitativo Javi Castellano en una falta que, botada rasa hacia el corazón del área, se fue al limbo por el defectuoso golpeo de Hervás. Rodríguez se curó en salud en la demarcación de lateral derecho colocando ahí a David García. Se fue un gemelo Castellano, Dani, y el otro, Javi, pasó al medio.

Jémez contraatacó con Fede Vico, relevo de López Silva para abrir el campo por esa misma zona. Por donde percutió Hervás, se le perdió el enésimo centro a Fuentes, volvió a percutir el lateral con una pared con Fede, voló un córner que López Garai cabeceó fuera por poco…

Ya con Patiño sobre el césped en detrimento de Airam, el partido se inflamó por un penalti por mano de Fernández. Alberto García se lo paró a Vitolo con una estirada hacia su izquierda y Esaú Sánchez, preparador físico blanquiverde, fue expulsado. El estadio estaba enardecido y el clamor ejerció como catapulta para un equipo herido en su orgullo por las desquiciantes decisiones de Lesma López y un empate que le servía de poco en sus aspiraciones de ascenso. Casualidad o no, más bien puntería, Patiño apenas tardó cinco minutos en abrir la lata tras una jugada de tiralíneas de Hervás y Vico. Apertura, centro y remate. Pim, pam, fuego.

López Garai resistió hasta el minuto 75, cuando cedió el testigo a Alberto Aguilar, y la Unión quemó sus cartuchos con dos zurdos de muchos quilates pero venidos a menos, Portillo y Momo. También zurdo, pero mucho más joven, es Fede Vico, que a pie cambiado acarició el segundo con un zapatazo al lateral de la red y dejó en posición franca a Patiño en dos ocasiones muy claras.

El Córdoba sufría por la estrechez del marcador y por las precipitaciones de Alberto Aguilar en la salida. Ya con los cuatro minutos de descuento mostrados por el cuarto árbitro, ni Gaspar ni David Prieto subieron en una sucesión de saques de esquina desde la derecha: hasta cuatro consecutivos. La serie junto al banderín provocó la roja directa a un mosqueado Jonathan Viera, la quinta amarilla a Carlos Caballero (baja en Chapín) y algo más de prolongación.

Corría el 95' cuando Javi Guerrero cerró la segunda de dos faltas laterales idénticas y el meta Alberto García se elevó sobre todos para atrapar con seguridad un balón que vale un play off. Al menos, de momento.

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