Córdoba-numancia

La busca y la encuentra (1-0)

  • El conjunto de Paco Jémez se repuso a una irregular primera parte y a un penalti fallado por Charles para doblegar a un férreo Numancia. La entrada de Juan Quero reactivó el ataque.

No debe ser bueno para la salud eso de acumular partidos coleccionando méritos para ganar y no haciéndolo. Para la clasificación es funesto. Y lo de la tranquilidad interior por haber dado una imagen atractiva caduca pronto y no le sirve a todo el mundo. El Córdoba iba camino de comprobar en carne propia los efectos de esa rara inercia. Hasta ahora. En apenas cinco días, el equipo de Paco Jémez se ha ahorrado esa inquietante experiencia y ha abrillantado su expediente con dos triunfos: uno, en Murcia, le permitió pasar de ronda en la Copa del Rey; otro, el de ayer en El Arcángel, le reportó sus tres primeros puntos de una tacada en el campeonato de Liga y, quizá, el inicio de la reconciliación con un graderío que sigue presentando un aspecto tirando a desolador. Va menos gente al fútbol que nunca. Que la afluencia de seguidores aumente dependerá casi exclusivamente de lo que sean capaces de ofrecer sobre el césped los blanquiverdes. Ya ganan, que es lo fundamental, y pueden seguir diciendo lo mismo que desde el minuto cero del campeonato: se llevan la victoria porque la buscan más que su adversario. Fidelidad a los principios y resultado apetecido. ¿Alguien puede pedir más? 

La inclusión en el once del meta Carlos Arias en lugar de Alberto Aguilar fue la nota más novedosa en una formación que, cierto es, no estuvo al nivel de ocasiones anteriores. Le faltó fluidez en la circulación, principalmente en el primer tiempo, y en la medular se notó que el manijero titular, Javi Hervás, no se encontraba cómodo. El espectáculo fue plomizo en algunas fases. Aunque más que romperse la cabeza buscando razones dentro de casa, conviene echar un vistazo a la calaña del rival de ayer: el Numancia no había perdido un solo partido -ni en Liga ni en Copa- y solamente había encajado un gol en 300 minutos de juego. Con un portero, Edu Navarro, que no es un cualquiera en la categoría, el equipo soriano maneja un ideario claro y contundente. Su presión se dejó sentir. La vigilancia a los hombres clave del Córdoba -a Charles le dieron fuerte y flojo- provocó un escenario farragoso, con contínuas interrupciones por faltas, sin ningún ritmo. 

Los anfitriones tenían más la pelota, pero qué hacer con ella, sobre todo cuando se pasaba la línea del medio campo, era un dilema. Además, se encontraban siempre en medio a Sunny, cuya fogosidad sobre el césped hizo estragos. Cuando Sureda Cuenca le mostró la tarjeta amarilla, al filo del cuarto de hora, por un entradón brutal a Charles, el nigeriano ya había rozado la exclusión prematura con una buena lista de tarascadas. Luego, paradójicamente, terminó el encuentro y cargó con cartulinas a Charles y a Quero, uno por darle un manotazo y otro por agarrarle la camiseta. Las cosas del fútbol. 

Un par de disparos lejanos de López Silva y Borja García abrieron el turno en ataque. La primera realmente buena la tuvo Borja, que obligó a Edu Navarro a despejar el duro disparo que conectó tras una dejada de Patiño a la que no llegó Charles. El Córdoba buscaba, aunque sin mucha inspiración, y el Numancia se encontró su oportunidad. Natalio cogió adelantada a la retaguardia local y se metió hasta el área pequeña, dejándola atrás para que Julio Álvarez, en carrera, pateara el balón con toda la ventaja. Saltaron chispas en el poste y los aficionados contuvieron el aliento. Fue la única. La última. El Córdoba no concedió nada más atrás. Un remate de cabeza de Charles, en plena carrera en forcejeo con Pavón, estuvo cerca de llevar al delirio a la grada. 

Tras el intermedio, hubo cambios. De hombres y de resultado. El jugador con el físico más liviano del fútbol profesional español, Juan Quero, agigantó al Córdoba con su salida al campo. Su capacidad para desquiciar a los defensas es endiablada. Inspirado, es casi indefendible. Y ayer las musas estuvieron de su parte. Una incursión suya por la izquierda terminó con la pelota en los pies de Charles, que fue empujado por detrás por Larrea cuando se disponía a rematar. Penalti claro. Lo ejecutó el brasileño de modo irregular, centrado y a media altura, facilitando a Edu Navarro que agrandara su candidatura a héroe del partido. El público aplaudió. Un buen termómetro para medir las sensaciones. Cuando Charles, a servicio de Borja, enmendó su error y celebró furiosamente el gol ante el fondo, el aroma del triunfo empezó a expandirse. 

De ahí al fin, monólogo. El Córdoba controlaba atrás con solvencia. Tena y Gaspar amargaron la tarde a Natalio, el más adelantado. Algunos tiritos lejanos y poco más. Del Pino, en una vaselina, fue el que más miedo metió. El técnico rojillo, Pablo Machín, quiso emular la fórmula de Paco Jémez con Quero metiendo a Cedric, pero no es lo mismo. El chaval se movía mucho, pero parecía no entenderse con nadie. Todo lo contrario que Quero, que se asoció con Charles y Patiño, que dio todo un curso de entrega y gozó de una clara oportunidad. Charles tuvo el segundo en un cabezazo. El veterano López Garai suplió a Javi Hervás para terminar de cerrar el partido. El Córdoba ya tiene el lote completo: juega y gana.

ÁRBITRO: Sureda Cuenca (balear). Acertó en el penalti a Charles. Se le fue la mano con las cartulinas, aunque no quiso expulsar a nadie, e interrumpió mucho el juego. 

TARJETAS: Amarillas Ripa (3'), Sunny (14'), Del Pino (33'), Unai Expósito (35'), Charles (41'), Jaio (50'), Fuentes (51'), Gorka Larrea (56'), Quero (58'), Pavón (62') y Cedric (76'). 

GOL 1-0 (64') Charles. El Córdoba combina por la banda derecha hasta que Borja García tira una diagonal y manda el balón hacia la izquierda, donde Charles se perfila con el control y fusila por el palo corto a Edu Navarro con un derechazo desde la frontal. 

Incidencias: Partido correspondiente a la cuarta jornada de la Liga Adelante disputado en El Arcángel ante 6.399 espectadores.

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