Sergio Ramos, el heredero de esa estirpe en la que despuntaron Pirri o Fernando Hierro, volvió a llevar al nirvana al madridismo con un testarazo. Y van... Ese gol en el último minuto del partido no pesa como los de Lisboa o Milán, pero casi.

Fue un gol, el cuarto que le hace al Barça en su carrera, con numerosos extras. Por lo pronto, segó las ilusiones del barcelonismo de situarse a tres puntos de su gran rival y reabrir sus expectativas de revalidar el título. La historia dice que el actual campeón jamás le ha remontado seis puntos a su blanco enemigo desde que una victoria otorga tres puntos en el campeonato. El Madrid sí lo hizo en aquella Liga igualada por abajo, la 2006-07, en la que el equipo de Fabio Capello llegó a estar a 6 puntos del adiestrado por Frank Rijkaard a falta de 14 partidos. Lo consumó en la última jornada, ganando al Mallorca en el Bernabéu, días después de aquel tamudazo en el Camp Nou.

Sí que le limó el Barcelona de Van Gaal al Mallorca de Cúper nueve puntos de desventaja en la Liga 98-99. Pero al Madrid, jamás. Y ese remate de cabeza de Sergio Ramos merma, pues, la moral y la confianza de un equipo que hoy es un avispero.

Y sii el Barça es hoy un avispero es, en buena parte, por su escasa fiabilidad ante su público. Desde el año 2003 no se veía una versión azulgrana tan insegura ante su gente en la Liga. Ya se ha dejado escapar nueve puntos cuando han sido 21 los que han estado en juego. Tres se llevó el Alavés y dos el Atlético, el Málaga y el Real Madrid. Tampoco fue para el recuerdo su partido ante el Granada (1-0) y sólo ante Betis (6-2) y Deportivo (4-0) actuó la apisonadora de las últimas campañas con Guardiola o el propio Luis Enrique.

Cuando se trata de ir al Camp Nou, los visitantes suelen tener la sensación de visitar a un dentista sin anestesia. No obstante, esa angustia se ha visto mitigada en lo que va de ejercicio. De hecho, una peña barcelonista ha puesto el grito en el cielo al considerar que son demasiados los turistas que pueblan las gradas del gran coliseo y que eso generó un clima de tensión por la celebración del tanto de Sergio Ramos. Efectivamente, cuando las cámaras enfocan a la afición tras un gol de Messi, raro es que no aparezca alguien de rasgos asiáticos con el gesto de asombro del que asiste al Circo del Sol, más que a un partido de fútbol. Pero es la factura de la globalización, de que el Barça sea "más que un club" en el planeta. A cambio, recibe paladas y paladas de euros y firma contratos de patrocinio que rozan lo inmoral.

Otro extra que contuvo ese gol de Ramos apunta a la moral propia. A la autoconfianza. El Madrid se siente hoy poco menos que invencible. Lleva 22 partidos sin perder esta temporada: 14 de Liga, 5 de Champions, 2 de Copa y la final de la Supercopa de Europa. Curiosamente, la racha comenzó gracias a otro cabezazo de Sergio Ramos en el alargue de aquella final ante el Sevilla en Trondheim, que evitó la derrota.

Ese nuevo gol de tintes hitchcockianos que hizo el defensa camero en Noruega, como el del pasado sábado en Barcelona, mantiene al equipo de Zidane a galope tendido en busca de más plusmarcas gracias a su racha de 33 encuentros oficiales. El récord de equipo español con más partidos seguidos invicto lo posee el Barcelona de Luis Enrique (39). ¿Y quién cortó la racha de los azulgrana? Viste de blanco y está empadronado en La Castellana.