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El Sevilla aguanta en pie el acoso galo y logra el pase

Nasri pelea con Rafael.

Nasri pelea con Rafael. / guillaume horcajuelo / efe

El Sevilla cumplió con los pronósticos y rubricó en Lyon su pase a los octavos de la Liga de Campeones, pero lo hizo sufriendo tras lograr un triste empate sin goles.

El conjunto hispalense partía con ventaja puesto que para clasificarse le bastaba con empatar o no perder por más de un gol. El Olympique, que pasará a jugar la Liga Europa, mereció mejor suerte, al contar con numerosas ocasiones, pero acabó pagando su ineficacia frente a la portería de Rico, salvado dos veces por los palos.

El Sevilla salió con un planteamiento conservador, sin un delantero puro. Sampaoli optó por poner en punta a Vitolo y Nasri, además de colocar un muro en el centro del campo.

La primera mitad fue trepidante. Los palos rechazaron tres disparos y en dos ocasiones se cuestionó al árbitro por dos posibles penaltis claros, uno en cada área. Abrió la caja de pandora Vitolo con un balón cruzado que repelió el poste. Un par de minutos después Valbuena regateó a Mariano en el pico del área y todo el estadio pidió penalti.

Las protestas no tardaron en desaparecer porque en la siguiente jugada Vitolo se plantó sólo ante Lopes y, tras driblar al portero francés, cayó en área. Un jugada que el sueco Jonas Eriksson no sancionó con la pena máxima, ni con la expulsión del guardameta.

Una jugada que en vez de congelar el corazón del once local, lo aceleró. El Olympique se lanzó a tumba abierta y Tolisso envió un balón al larguero y poco después Mariano despejó un disparo envenenado de Lacazette. El Sevilla sufría y Valbuena envió un zapatazo que el larguero se ocupó de despejar para desesperación gala. Hasta doce remates sumó el Olympique en la primera mitad por uno sólo del Sevilla.

La segunda parte comenzó con el Sevilla tratando de mejorar, se mostró más sólido en el centro del campo, logró cortocircuitar el juego lionés e incluso crear peligro. Con el paso de los minutos, el trabajo pasó a ser de contención y ralentización del juego y la ineficacia atacante lionesa hizo el resto.

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