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Remar y remar en balde (2-1)

  • Los de Paco Jémez se vieron con un penalti en contra y la expulsión de David Prieto a los cinco minutos de un partido desquiciante. El Córdoba desperdició claras ocasiones tras el descanso.

Árbitro: Lesma López (madrileño). Acertó en la jugada clave, la expulsión de David Prieto, aunque se le escapó algún detalle.

Tarjetas: Amarillas Jorge (51') y Carlos Caballero (86'). Rojas David Prieto (5') y Emilio Sánchez (42' y 65').

Goles 1-0 (17') Emilio Sánchez. Cristian García cae a la banda izquierda y mete un centro raso desde el costado del área y Emilio, tras controlar en las inmediaciones del punto de penalti, suelta un zurdazo a la media vuelta que se cuela tras tocar en el poste izquierdo de Alberto García. 2-0 (40') Richi. Molinero centra desde la derecha y Richi, llegando desde atrás, ajusta su cabezazo al palo izquierdo de Alberto García. 2-1 (57') Patiño. Carlos Caballero habilita a Patiño con un toque bombeado y el delantero aprovecha el bote del balón para marcar con un violento derechazo cruzado.

Incidencias. Partido correspondiente a la vigésima jornada de la Liga Adelante disputado en la Nueva Condomina ante 8.746 espectadores.

Palo en la Copa y palo en la Liga, donde había que ganar para mantenerse en el sexteto de privilegiados. Tras el hiriente 4-2 del Espanyol, un Córdoba con diez desde el minuto 5 por la roja directa a David Prieto encajó en la Nueva Condomina su segunda derrota consecutiva, algo que no había sucedido en toda la temporada, y vuelve a verse fuera de la zona de play off al ser rebasado por el Almería. El Murcia no sólo le ganó, sino que se ha situado a un solo punto. Cristian García desperdició el penalti que supuso la expulsión de Prieto, pero Emilio Sánchez y Richy dejaron contra las cuerdas al que ya no es el equipo menos goleado de la Liga Adelante en la primera mitad. En la segunda, con las fuerzas equilibradas por la segunda amarilla a Emilio en el 65', Patiño anotó el 2-1 y el CCF tiró a la basura innumerables oportunidades para al menos arrancar el empate y así mantener a raya a un rival directo.

Paco Jémez sólo había dispuesto de un entrenamiento para preparar el partido por el peaje copero. Sin laterales derechos por las ausencias de Fernández y Cerra y con Charles en el dique seco, el preparador blanquiverde innovó con un 3-5-2, una disposición táctica que propició opciones muy claras en las áreas desde el principio. Borja García rebañó un balón franco a Óscar Sánchez en el punto de penalti (el mundo al revés) antes de que Carlos Caballero y Cristian García retrasaran demasiado sendos pases de la muerte. El argentino tampoco habilitó con ventaja a Isaac Jové en el siguiente acercamiento, pero de inmediato desniveló la balanza numéricamente al recoger una rosca de Richy en el área y provocar el derribo de David Prieto. Penalti y expulsión a los cinco minutos. Lo peor que le podía pasar a un equipo que venía de realizar un derroche tremendo entre semana en la Copa del Rey y había salido con sólo tres defensas al estar diezmado en la retaguardia. Como mal menor, al goleador local se le ocurrió lanzar emulando a Panenka y la pelota golpeó en el larguero y botó sobre la raya. Además, en el minuto 11 recogió un centro de Isaac en el segundo palo y, tras controlar mal, remató peor con todo a favor.

Paco recolocó a López Garai como líbero y mandó calentar a Tena y Alberto Aguilar. El Córdoba sufría, pero en ataque también cogía la espalda a los zagueros contrarios. Sobre todo, a través de Patiño, cuyas poderosas zancadas resultaban baldías por imprecisiones a la hora de la verdad. Sin embargo, el goteo de llegadas locales no presagiaba nada bueno. Y pasado el cuarto de hora, y con Borja García prácticamente como lateral derecho, Cristian cayó por su zona y mandó un centro que Emilio Sánchez transformó en un zurdazo imparable.

Borja tenía más metros por delante que un incisivo López Silva, aunque acarició el empate en un derechazo repelido por Iván Amaya tras dejada de Pepe Díaz. Ni el de Almodóvar ni Patiño cazaron un centro de gol en la primera subida de Fuentes, centrado en cubrir los huecos atrás. Con uno menos y sin la pelota, al CCF le costaba; y cuando llegaba, no concretaba. Mientras, Emilio Sánchez amagaba con su juego entre líneas y sus cañonazos.

Jémez quiso comerse a López Silva cuando tocó atrás para Fuentes en vez de buscar un rematador en carrera, dando pie a una contra de cuatro contra tres y luego tres contra dos que Óscar Sánchez desperdició con una vaselina floja. El partido no estaba para filigranas, sino para sacar el machete y ensañarse. Sin miramientos. No los tuvo Richy para, haciendo gala de su estupenda llegada, cabecear a la red un envío de Molinero en el minuto 40.

Paco actuó en el descanso: Fede Vico por un López Silva blando en ataque. Alberto Cifuentes blocó ante el juvenil un balón que venía a trompicones por la pujanza sin tino de Patiño y Pepe Díaz. La apuesta por los dos delanteros se mantenía porque la reacción pasaba, básicamente, por el remate. Por menos escarceos y más pegada. Como la de Emilio Sánchez, a quien un derechazo seco se le escapó por un metro.

Paco aplaudió cuando Díaz probó fortuna desde lejos en una transición y Fede repitió de volea. Había que tirar para engancharse a un partido que el Murcia amenazaba con romper definitivamente. Fue Patiño, a pase de Carlos Caballero, el que recortó distancias cuando todavía quedaba más de media hora. El cuadro de Iñaki Alonso, intranquilo por el tanto y por los consiguientes murmullos de la grada, empezó a notar la presión.

El Córdoba reencontró la inercia positiva con tres ocasiones clarísimas: Pepe Díaz no pudo embocar un centro fuerte de Vico, que se había quedado sin ángulo, y Patiño no firmó un doblete por su falta de puntería en el corazón del área y su precipitación en un mano a mano con el portero. Además, entre medias fue expulsado Emilio Sánchez.

En el banquillo visitante se tiraban de los pelos. Todos menos Jémez, por razones evidentes. El entrenador juraba en arameo porque su equipo no terminaba de nivelar un encuentro que había tomado un rumbo opuesto al de la primera mitad. Sólo Iturra, un león en el eje, sostenía al anfitrión; de un robo suyo a Hervás vino un córner en el que Alberto García se lució tras el testarazo de Rubén. Javi perdió otro balón dividido y López Garai se cruzó ante Cerrajería en última instancia.

A Patiño se le había agotado el crédito, así que entró Quero. Y en su primera intervención se topó con Alberto Cifuentes, desplazado del arco, tras otro balón al hueco de Caballero. Mucho más claro fue el uno contra uno de Pepe Díaz a raíz de una asistencia de oro de Hervás, mas al número 7, como en Barcelona, se le fundieron los plomos en la resolución. Por su parte, a Fede le falló el control tras otro ejercicio de orfebrería del flamante fichaje del Sevilla.

El último recurso fue el uruguayo Balsas, ya en el minuto 86. En la enésima ruptura del fuera de juego, Amaya frustró cerca de la raya una conexión entre Caballero y Borja. Y en los tres minutos de descuento se sucedieron los pelotazos, pero no hubo manera de rescatar un punto. Quien perdona lo paga.

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