Polideportivo ejido-córdoba · la crónica

Puñalada en el descuento

  • Un penalti en el tiempo añadido deja a los de José en una situación comprometida · El equipo, bien colocado pero sin ninguna chispa, careció de acierto en su principal arma: las acciones de estrategia

Andaba el Córdoba malherido, después de seis semanas sin ganar en las que incluso había mediado el relevo en el banquillo, cuando el colista le asestó una puñalada en lo más hondo de su pobre corazón. Toedtli, con la venia de un árbitro que sólo tuvo ojos para el área defendida por Julio Iglesias, anotó en el minuto 95 el único tanto de un partido que parecía abocado al 0-0. El portero sólo pudo detener uno de los dos penaltis y el Córdoba, hoy la caricatura del equipo que amagó con llegar a ser en el primer cuarto liguero, continúa aproximándose al abismo de la abominable Segunda B.

José González mantuvo en el once a Katxorro, a pesar de que Ito estaba disponible. Toda una declaración de intenciones del técnico, que apostaba por la misma alineación de siete días atrás. La presencia del pivote de Baracaldo en compañía de Acciari -el argentino cuajó otra actuación sobria, básica en la contención- invitaba a pensar en un equipo que no iba a rifar el balón más de lo necesario. No obstante, ambos conjuntos sufrieron en el arranque por la trascendencia del partido y la incomodidad del viento, que soplaba a favor de los locales. Manejar la pelota no era tarea sencilla.

Pese a las comprensibles imprecisiones, el Córdoba estaba bien plantado. En un encuentro donde las acciones de estrategia entrañaban un valor incalculable, el cuadro visitante desperdició las dos primeras en sendas faltas colgadas por Cristian Álvarez. No obstante, el Poli abrió la serie de córners.

Si Asen no estuviera negado -no ha marcado en toda la segunda vuelta-, quizá la vaselina que intentó en el minuto 9 habría significado un gol de bandera. Le sobraron dos metros de efecto. El Córdoba aprovechaba las bandas para acosar al combinado almeriense, que replicó a través de Curro Vacas: golpe franco a la barrera.

Bello Serans tenía más motivos para preocuparse que Julio Iglesias. En ésas, a Katxorro se le fundieron los plomos: en un centro de Juli al punto de penalti, el medio asestó una coz a Jorge Molina, que estaba de espaldas a la portería forcejando con Pablo Ruiz. Del Cerro Grande no tuvo más remedio que decretar la infracción, y el propio Molina asumió la responsabilidad. Su disparo, ajustado a la base del palo izquierdo de Iglesias, se topó con una prodigiosa estirada del portero.

Aunque salvar esa especie de set-ball podría haber impulsado al Córdoba, no fue así. El Poli, encorajinado y con más personalidad, intensificó su dominio con un par de llegadas al área. Los esfuerzos de Katxorro para hacerse con el control del juego no fructificaban, y el adversario amagaba con un estilo impropio de un colista. La vida encierra misterios y uno de ellos es que el último clasificado de la Liga BBVA pueda presumir de medios de la calidad de Usero, Juan Díaz o Curro Vacas.

Katxorro tampoco aprovechó un libre directo en las inmediaciones del área. Mala señal para un equipo que, expuesto al tesón de su oponente, se había diluido. Como ya es costumbre, Asen se movía sin producir, acumulando patadas y empellones para desgracia de su cuerpo, al tiempo que Arthuro salía perdedor en todos los duelos aéreos.

Al menos, Julio Iglesias seguía ahí. El meta atajó un zapatazo de Juli, con Moreno a la expectativa en el corazón el área. Cristian Álvarez estrelló en la barrera una falta de las que antes entraban y Juanlu, emulando al Arteaga de la semana pasada, se pasó de rosca en otra falta colgada.

Ya en el minuto 43, una jugada parecida a la del penalti no tuvo el mismo castigo, ya que el árbitro estimó que la entrada de Curro Vacas a Pierini no era merecedora de la pena máxima; el italiano se estuvo doliendo en el césped durante un minuto. Y como colofón, Arthuro tampoco supo sobrepasar la muralla celeste en un lanzamiento ideal para un zurdo.

Juan Díaz no regresó de la caseta. Castro Santos quitó al volante zurdo para tener más opciones de remate con Mario Bermejo. Para remates, pero fallidos, los de Arthuro en el 50' y Pierini en el 52'. En la primera falta con Eolo soplando a favor, el toque de Juanlu fue prolongado por Asen y el brasileño, a un metro de la raya y en posición forzada, tiró por encima del larguero. En el primer saque de esquina de la segunda mitad, Cristian Álvarez la puso a pie cambiado y el testarazo cruzado del capitán se perdió a un metro escaso del arco.

El Córdoba había salido contemplativo, sabedor de que la ansiedad jugaba en contra del Poli. Más que contemplativo, sereno, porque la iniciativa era suya pero nadie se volvía loco. Juanlu puso un centro que Arthuro cabeceó con intención al palo corto, hacia donde voló Bello Serans. El asedio olía a 0-1, y el colegiado señaló otra falta propicia para Cristian: el disparo se marchó por encima del travesaño. Lo dicho: otrora entraban.

Con media hora por delante, José llamó a su primer revulsivo, Arteaga. Poco después se incorporó un guerrero de Córdoba (Argentina): Mariano Toedtli, de profesión cazagoles. Javi Moreno esperaba su turno con sangre en el ojo, pero el técnico prefirió a Julio Pineda. El camero relevó a Arthuro en el 70'.

Los dos entrenadores habían movido ficha para desatascar el partido. Y Pineda, en su primera aparición, no acertó a rematar un centro servido por Cristian Álvarez. Castro Santos agotó el cupo con Pedro Vega, un francotirador; otro, Cristian, probó fortuna con un zapatazo lejano.

El choque entró en el cuarto de hora definitivo con el 0-0 como evidencia del miedo y el desatino, comunes en los dos bandos. Entonces salió Javi Moreno, la última bala en el cargador foráneo. El valenciano, falto de tensión, no parecía enchufado. Al borde del 85' agarró la pelota en buena posición tras una apertura de Katxorro, pero el asistente alzó el banderín. A renglón seguido, empujó a Rodri en vez de rebañarle una pelota de oro.

La transición buena pudo ser una de Julio Pineda que Castells interrumpió con una falta ignorada por el juez. El Poli Ejido consumió sus cartuchos con estériles balones bombeados hacia los puntas, y Katxorro desaprovechó la última ocasión con una ajustada volea desde la frontal.

El 0-0 se antojaba inamovible, pero la prolongación dio para mucho. Ya en el minuto 94, Cerra centró desde la derecha, Diego Reyes tocó de refilón y Moreno, al tratar de revolverse, sintió el contacto de Pablo Ruiz y se dejó caer. Toedtli, el cordobés suramericano, protagonizó la ejecución de un equipo destrozado, absorto, perplejo. Hay miedo.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios