Grupo b · el reportaje

'Prinz Poldi', el goleador repartido

  • Podolski digiere los halagos tras convertirse en el máximo artillero del torneo con sensaciones extrañas por su origen polaco y su situación en el Bayern · Como en el Mundial 2006, vuelve a brillar en una gran cita

Pese a jugar en un puesto inhabitual como el de centrocampista ofensivo, Lukas Podolski volvió a brillar en una gran cita, como lo hizo en el Mundial 2006 -fue designado mejor jugador joven-, con el doblete que le dio el triunfo a Alemania ante Polonia (2-0) en su estreno en esta Eurocopa. Tras pasar dos temporadas difíciles en el Bayern Múnich, donde ha calentado casi siempre el banco de suplentes, Podolski volvió a ser Prinz Poldi, pequeño príncipe que en 90 minutos hizo gozar a su selección y hundió a su país de origen.

"Estoy contento con los dos goles y por haber recibido el trofeo de mejor jugador del partido, pero lo más importante a mis ojos es que el equipo ha ganado y pueda ir hasta el final", confió este lunes Lukasz, hijo de un ex jugador polaco, nacido en Gliwice y llegado a Alemania con dos años. Por eso el lunes tras destrozar a Polonia con dos tantos se mostró cauto y un poco triste por haber hundido al país que lo vio nacer. "Esta victoria no me da una alegría desbordante porque soy de origen polaco y toda mi familia está allá. Tengo dos corazones, uno alemán y otro polaco", confesó.

Desde sus inicios con la camiseta de la Nationalmannschaft, nada lo detiene: con 19 años, cuando jugaba en segunda división con el Colonia, logró el título de mejor joven del Mundial e impresiona con estadísticas increíbles: 27 goles en 49 partidos con la selección. El contraste con sus actuaciones en el club bávaro también sorprende. Desde que se vistió con la casaca del Bayern Múnich, a cambio de 10 millones de euros, tras el Mundial, Podo lo pasó mal. Tapado ahora por Luca Toni y Miroslav Klose en el frente de ataque del Allianz Arena, Poldi se tuvo que conformar con una temporada en la que recogió las migas que le dejaron los dos tanques titulares. En 25 apariciones con el Bayern en la Bundesliga, apenas arrancó 8 encuentros y anotó en 5 oportunidades.

Por eso, Podolski perdió su eterno buen humor, ese que compartía con el francés Frank Ribery entre broma y broma. "No puedo hacer como si la temporada haya sido buena, no me causó ninguna gracia estar en el banco y voy a reflexionar sobre todo eso, pero después de la Eurocopa", confió a inicios de junio al diario Die Welt.

Con el Manchester City siguiéndolo de cerca desde enero pasado, el delantero centro (1,80 de estatura) finalmente decidió quedarse en el Bayern, tras recibir el consejo de Jürgen Klinsmann, quien lo lanzó en la Mannschaft en junio de 2004 y lo tendrá en sus filas cuando se haga cargo del banquillo del campeón bávaro. "Mi decisión sobre mi futuro no depende del entrenador, lo más importante es gozar en el trabajo", disparó Podolski.

"Sea cual fuera mi puesto, me siento siempre bien en la selección, en este grupo tengo un enorme placer", dijo el zurdo de 23 años, recordando sus proezas de la Copa del Mundo germana.

"Sin dudas, he madurado", reconoció Podolski, que en abril pasado dejó de ser el niño mimado de la Mannschaft para convertirse en el papá de Louis, su primer hijo.

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