ciclismo clásica parís-roubaix

Peter Sagan agranda su palmarés entre adoquines

  • El campeón del mundo ganó una clásica en la que el belga Goolaerts sufrió una parada cardiaca

Peter Sagan (Bora) igualó ayer la gesta cosechada por Bernard Hinault en 1981, el último corredor que ganó la París-Roubaix con el maillot de campeón del mundo. El currículum del eslovaco continúa engrosándose un año más.

Un año más, la clásica de las clásicas se mostró emocionante casi desde el principio. Hacia el kilómetro 60 ya lideraba la carrera una fuga de 12 hombres, entre los que figuraba el debutante español Marc Soler (Movistar). Una vez iniciado el tramo de adoquines, el grupo se fue reduciendo y antes de llegar a los 70 finales, con el grupo ya reducido a la mitad, Soler cedió. Para entonces ya habían empezado los escarceos entre los líderes.

El pavé, como de costumbre, hizo la carrera mucho más cruenta. Hubo incluso un susto, el protagonizado por Michael Goolaerts (Vérandas), al sufrir un paro cardíaco en el sector de Briaste. El belga fue reanimado en la carretera y trasladado al hospital en estado grave. Además, una caída magulló a varios corredores, entre ellos, al defensor del título, Greg Van Avermaet (BMC).

Aunque fueron muchos los que intentaron agitar la carrera, fue una arrancada de Sagan, a 53 de meta, la que neutralizó a los últimos supervivientes de la fuga inicial: Bystrom, Wallays y Dillier.

El eslovaco asumió el protagonismo del grupo y sólo Dillier (Ag2r) lo aguantó hasta el velódromo. Pero nada pudo hacer el suizo con Sagan, devastador en el mano a mano final.

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