fútbol segunda división b

Perdido en el otro fútbol

  • El Córdoba B cae por la mínima ante un Recreativo que supo jugar mejor sus armas con balón y sin él

  • Los blanquiverdes enlazan tres jornadas sin ganar y se acercan al 'play out'

Los jugadores del Córdoba B y el Recreativo se enfrascan en una trifulca, en el tramo final del primer periodo.

Los jugadores del Córdoba B y el Recreativo se enfrascan en una trifulca, en el tramo final del primer periodo. / jordi vila

El fútbol es de listos. Puede gustar más o gustar menos, pero saber jugar además de con el balón da muchos puntos a lo largo y ancho de una temporada. Sobre todo cuando se consigue aunar las dos cosas. Es lo que hizo ayer, y muy bien, el Recreativo de Huelva a su paso por El Arcángel, donde supo exprimir mejor sus virtudes ofensivas para romper el equilibrio en el marcador y, ya en ventaja, apuró todas las estrategias habidas y por haber del conocido como otro fútbol para evitar la reacción de un Córdoba B demasiado plano y escaso de recursos, ni siquiera mirando a la banda. El conjunto blanquiverde suma así su tercera jornada sin conocer la victoria y se sitúa a un paso del puesto del play out, del que sólo se libra por su mejor diferencia de goles con el Badajoz.

Como si ambos equipos tuvieran prisa, el partido arrancó a la carrera. El filial, con otra variante táctica que dibujaba una especie de 3-3-3-1, buscó de salida al eléctrico Ebwelle por la izquierda, si bien tras dos primeras intentonas en las que pudo con Iván Malón, sin resultado final, el camerunés redujo sus apariciones. Cedió entonces el protagonismo ofensivo a Sebas Moyano, que al paso por el cuarto de hora protagonizó la primera gran ocasión en colaboración con Álvaro Aguado; el pase a la espalda de la zaga del medio lo hizo bueno el cordobés, cuyo zurdazo repelió bien Marc Martínez.

Abiertas las hostilidades, el Recreativo decidió que ese juego rápido y con escaso control, de ida y vuelta continua, le obligaba a pisar área también. Con Núñez más posicional, buscando el pase sin necesidad de desbordar a su par, los focos pasaron a Carlos Lazo, que tiró de velocidad para romper las costuras defensivas del B. El extremo se apoyó en Nacho Monsalve para fabricar la primera llegada de los onubenses, si bien Rubén García apareció para evitar que el derechazo de Rafa de Vicente alcanzara portería. Si esa fue clara, más aún fue la siguiente, cuando Lazo se apoyo en Boris para plantarse solo ante Lavín, al que superó con un disparo cruzado que murió en el poste.

Esas ocasiones animaron aún más si cabe al más de medio millar de entusiastas recreativistas, que dieron una lección de cómo empujar a los suyos desde fuera en un estadio que presume de grandeza y se sigue perdiendo en los pequeños detalles -la directiva de un club hermano como el Recreativo tuvo que ver el partido en la grada, al serle ofrecida sólo la posibilidad de estar en la zona vip, lejos del palco de autoridades, por lo que no aceptaron-, a veces tan importantes. El choque estaba bonito pese a la falta de goles. Lazo siguió a lo suyo y volvió a coger la autopista que le ofrecía el Córdoba B con su planteamiento para alcanzar la línea de fondo y obligar a Soler a aparecer ante Boris. Ese fue ya el punto que llevó a Jorge Romero a agitar su idea: Hornero, que venía jugando de apoyo de Laro Setién arriba, pasó al lateral para dibujar una defensa de cuatro.

Esa disposición no evitó una nueva intentona del extremo albiazul antes del intermedio -paró abajo Lavín-, si bien fue el filial cordobesista el que disfrutó de las aproximaciones más peligrosas, con Sebas Moyano al mando. El villaduqueño hizo de nuevo un traje a Monsalve por su costado antes de poner un balón al punto de penalti que Laro Setién no supo empalar con todo a favor; el rechazo tampoco lo aprovechó Ebwelle con un zurdazo que tocó levemente Malón para mandarlo a córner. Con todo, la más clara llegó con un zurdazo desde la frontal de Sebas que entre Marc Martínez y el palo mandaron a córner. Fue la última de un primer periodo que dejó también la pésima actuación teatral del meta recreativista, que quiso provocar una tangana de la nada que terminó con un reparto de amarillas por parte de un colegiado que, dicho sea de paso, tampoco quiso mojarse demasiado en todo el encuentro.

Tras el intermedio, el filial salió con la idea de tener un punto más de control a través del balón. Romero insistió en ataque en dejar la línea de tres atrás, haciendo volver a Hornero tras cada pérdida. Un ajuste continuo que saltó pronto por los aires. Tras un primer intento de Lazo, quién si no, que sacó con los pies Lavín, el extremo volvió a atraer toda la atención antes de ceder a Rafa de Vicente, que caminó por la frontal como si fuera un funambulista antes de sacar un derechazo abajo, imposible para el meta blanquiverde.

Al Córdoba B le tocaba responder, pero lo primero fue reconocer el error: Romero retiró a Hornero y cerró definitivamente la defensa con Alberto García, aunque con el mismo rol que venía llevando su compañero. El primer atisbo de reacción llegó con un disparo de Laro Setién, manso, desde la frontal. El filial necesitaba mucho más en ataque y temiendo ese paso al frente, Ángel López reforzó su sistema retirando a un delantero como Santamaría por un medio de contención como Jonathan Vila.

El partido ya estaba definido: el B a la carga y el Recre a la espera de una contra para sentenciar. Y lo primero que llegó fue lo segundo. Tras un primer intento de Boris que no halló el ángulo, Lazo se plantó solo ante Lavín burlando el fuera de juego y, en lugar de asistir al punta, se la jugó con tanta parsimonia que el portero ganó el mano a mano.

El carrusel de cambios enfrió el ambiente. Al filial le faltaba chispa y un punto de riesgo para inquietar al Recreativo. Fue lo que buscó con la entrada de Andrés, revulsivo ya ante la Balompédica Linense y el Écija en las dos semanas precedentes, lo que dejó definitivamente a Alberto García cerrando la defensa de tres con la que ya tocó morir. Poco importaba ya porque los onubenses habían decidido atacar lo justo y empezar a tirar del otro fútbol, con pérdidas de tiempo continuas permitidas por un colegiado que a falta de seis minutos sesgó las opciones del filial al mostrar la roja directa a Soler por cortar en el centro del campo una salida rápida de Lazo.

Fue la mecha que terminó de encender los ánimos de un partido que acabó como el rosario de la aurora, con un enfrentamiento en la zona del banquillo visitante cuando el delegado local quiso arrebatar el balón de las manos al técnico albiazul, iniciando una tangana que mandó a ambos a los vestuarios. Un triste episodio dentro de la historia de hermandad que los dos clubes llevan escribiendo años y que ayer se convirtió en un trampolín para un Recreativo que jugó mejor sus armas y alargó a tres los duelos sin ganar del Córdoba B.

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