Villarreal b | CÓRDOBA · la crónica

Objetivo: 30 puntos

  • Catástrofe global El conjunto cordobesista no sólo reeditó sus tradicionales problemas en ataque, sino que les añadió una inconsistencia defensiva deplorable Sin respuesta Los locales jugaron a su antojo

De traca. Petardazo del Córdoba en Villarreal. El conjunto blanquiverde confirmó que se ha atascado con una deplorable actuación en el Mini Estadi, donde fue desarbolado por un filial que abusó de su fútbol estético para firmar una goleada merecida a todas luces. Al cuadro de Lucas Alcaraz no sólo le faltó la pegada en ataque, sino que además hizo aguas en defensa. Hasta verse reducido a una caricatura. Fueron cuatro, pero pudieron ser más. ¿50 puntos? Después del raquítico balance en los tres partidos consecutivos en casa (dos puntos y ningún gol a favor) y del repaso de ayer, que recordó al 5-0 encajado en Vallecas la temporada pasada, sólo cabe levantar la cabeza y volver a caminar. Porque el equipo tocó fondo en una tarde para olvidar.

El Villarreal B empezó tocando, con sus jugadores asociándose en corto incluso dentro del área de Raúl Navas, pero el primer acercamiento serio correspondió al Córdoba. Javi Flores caracoleó por la banda izquierda, su novedosa ubicación ayer, y tras zafarse de la marca de un improvisado lateral derecho como Natxo Insa -la defensa groguet era de circunstancias, ya que ningún titular estaba disponible- sirvió al área, donde Pepe Díaz se anticipó para obligar a Juan Carlos a desviar a córner.

Eso fue en ataque. En defensa no cabían concesiones, ya que el filial hace gala del descaro propio de la juventud. Aún se había cumplido el tercer minuto cuando Javi Flores fue amonestado por detener a Cristóbal en una contra en ciernes. Ante la mayor querencia por el toque del adversario, el Córdoba no dudaba en cortar el juego con las faltitas que consideraba oportunas. Y cuando se terciaba, salía rápido: Pepe Díaz cayó en un ajustado fuera de juego en un pase al hueco de Juanjo. Por su parte, Navas atajó con solvencia el primer tiro a puerta local, obra de Hernán Pérez. El paraguayo volvió a probar fortuna poco después desde la corona del área.

El rigor defensivo del CCF se difuminó en su santiamén. Fue una jugada impropia de un equipo con el sello rocoso de Lucas: Pascual cayó en fuera de juego en la zona de tres cuartos, y desde ahí voló un pelotazo del lateral Ángel que cogió desprevenida a la zaga. Cuando Agus se enteró de la película, ya asomaban los subtítulos. Gerard Bordas, más ágil que nadie, tomó el testigo goleador de su compañero Marco Ruben, convocado por Garrido para el primer equipo, para batir a Raúl Navas con un certero zurdazo cruzado.

El mando del encuentro pasaba por las botas de los internacionales sub 21 Matilla y Marcos Gullón, al tiempo que Gerard Bordas ponía la aceleración. El Córdoba volcaba sus respuestas hacia la izquierda, donde Flores continuaba buscándole las cosquillas a Insa. De hecho, el de Fátima forzó varias faltas laterales, aunque todas estériles.

Por su parte, el Villarreal B seguía a lo suyo: toquecitos, paredes, desmarques, incorporaciones desde la segunda línea… Si el primer gol había llegado en el minuto 15, el segundo coincidió con la media hora de juego. El legado de Garrido quedó patente en una acción de tiralíneas, preciosa y contundente. La combinación entre Cristóbal, Gerard Bordas y Matilla echó más sal en la herida blanquiverde.

Sin comerlo ni beberlo, el Córdoba se veía con dos tantos en contra. Una losa tremenda, un pesadísimo azulejo de color amarillo. Amarillo chillón, amarillo muy vivo. Las opciones de puntuar en tierras castellonenses pasaban por sacar del baúl de los recuerdos un grado de acierto similar al mostrado en Irún, ese ejemplo excepcional. Lo más parecido fue una falta ensayada botada por Jorge Luque y sólo peinada por Agus.

El Córdoba se marchó al vestuario herido, acomplejado por los dos golpes de efecto de un bloque imberbe pero con personalidad. El filial puso el brillo y el CCF, la mejilla; sin tino en la estrategia y limitado por un asistente con tendencia a levantar el banderín, el conjunto de Alcaraz despachó una primera mitad mediocre, más allá de los chispazos de Javi Flores. Por si fuera poco, Ángel enseñó a Pascual de qué va esto: el lateral se empleó con dureza y el debutante clamó en el desierto. Alaridos sin recompensa.

Los gritos de ánimo de los escasos aficionados cordobesistas presentes en el Mini Estadi obligaban a los de blanco y verde a darlo todo en el segundo tiempo. Alcaraz puso de su parte con un doble cambio: Savoia y Asen por Juanjo y Carpintero, por lo que se juntaron tres delanteros y Jorge Luque se quedó solo en el eje, auxiliado eventualmente por Flores. El CCF regresó con más empeño y Pascual avisó a Juan Carlos con un zurdazo manso. Sin embargo, el Villarreal B replicó de inmediato, y con más peligro: zurdazo ligeramente alto de Jefferson Montero. Y no sólo eso, sino que no tardó en imponer su fútbol vistoso y eficaz, siempre enfilado hacia la portería contraria. Cristóbal puso la guinda a un jugadón con un gol anulado por fuera de juego previo. Y en el 55', el enésimo gambeteo de Jefferson Montero permitió a Gerard Bordas volver a dejar en evidencia a Agus y destrozar el larguero desde cerca. Un par de minutos antes, el Córdoba había recibido otra noticia pésima: Javi Flores, el único con la bombilla encendida, tuvo que retirarse en camilla tras lesionarse en un forcejeo con Catalá.

Salió Dañobeitia, quien disponía de más de media hora para demostrar sus cualidades a pie cambiado. Savoia se peleaba con los centrales y Pepe Díaz lo intentó con sendos disparos ajustados, pero el Villarreal B estaba desatado. Así cayó el tercero, una pequeña obra maestra de Cristóbal en colaboración con Montero, y el cuarto, en un saque de esquina remachado con el pie por Carlos Tomás… absolutamente libre de marca en el área pequeña.

A Navas, con la autoestima por los suelos, le estaba escociendo la goleada: el portero suplicaba a sus acobardados compañeros que juntaran las líneas y salieran del área propia. Y a la grada, sádica, le estaban encantando las virguerías: los olés invitaban a pensar en alguna metedura de pata castigada con amarilla. Afortunadamente, sólo cayó en la trampa Luque.

El público dio un paso más y comenzó a hacer la ola. Por entonces, el filial ya había levantado el pie del acelerador. Entre el conformismo local y su orgullo, el CCF se estiró y lanzó algún centro (Asen, Gerardo, Pepe Díaz), pero sin convicción ni precisión.

La recta final constituyó un suplicio. La expulsión del recién incorporado Robert Flores, al golpear sin balón a Dañobeitia en la búsqueda de un centro, fue una mera anécdota. Agus se topó con la barrera en un libre indirecto y Gerard Bordas, en otra pájara de la defensa blanquiverde, recibió solo en el corazón del área y estuvo a punto de redondear la paliza. Otro rasguño para un equipo agujereado hasta el extremo. Pino Zamorano entendió el panorama y pitó el final en cuanto se llegó al minuto 90. Pura misericordia.

Árbitro: Pino Zamorano (castellano-manchego). Sustituyó a última hora al vasco Gardeazábal Gómez. Manejó el partido con buen criterio.

Tarjetas: Amarillas Javi Flores (2'), Ángel (38') y Jorge Luque (67'). Rojas Robert Flores (84')

Goles 1-0 (15') Gerard Bordas. Ángel centra desde la izquierda en su propio campo y Gerard Bordas, tras ganar la espalda a Agus, controla dentro del área y bate a Raúl Navas con un zurdazo cruzado. 2-0 (30') Matilla. Cristóbal mete un balón al hueco desde la frontal hacia Gerard Bordas, que avanza por el costado derecho del área y ya desde la línea de fondo toca atrás para que Matilla enganche una volea cruzada que supera a Raúl Navas por arriba. 3-0 (61') Cristóbal. Cristóbal avanza en carrera y toca hacia Jefferson Montero, éste le devuelve de tacón y el número 7 amarillo dribla a Raúl Navas antes de marcar pese a la desesperada oposición de Gaspar. 4-0 (68') Carlos Tomás. Matilla bota un córner desde la derecha tras apoyarse en Jefferson Montero, Bordas toca en el primer palo y Carlos Tomas, entrando en carrera, remacha en el área.

Incidencias: Partido correspondiente a la vigesimotercera jornada de la Liga Adelante disputado en el Mini Estadi ante unos 3.500 espectadores. En los prolegómenos se homenajeó a Edu Caballer, ex capitán del Villarreal B que acaba de retirarse.

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