El Inter, que podía haberse proclamado campeón liguero pero cedió el derbi local ante el Milan (2-1), ve acercarse peligrosamente a la Roma, que ganó en terreno de la Sampdoria (0-3) y ahora está a tres puntos del liderato interista, a dos jornadas para la conclusión. El equipo de Roberto Mancini vivió su peor pesadilla en lo que va de campeonato al perder el derbi, que podría haber puesto el broche final a la temporada, y ver cómo una Roma imparable se coloca a sólo tres puntos, lo que no les permite errores en los últimos dos encuentros.

Prácticamente, el Inter no existió durante la primera hora de juego y el equipo de Mancini salió al campo, inexplicablemente, como si no tuviese nada que ganar o que perder. El Milan, mucho más motivado, entró al terreno de juego con las ganas de dar a sus aficionados la victoria en un sentido derbi, pero sobre todo con la intención de llevarse los tres puntos que le acercarían al cuarto puesto en la clasificación y no quedarse fuera de la Liga de Campeones.

Desde los primeros compases, el equipo rojinegro demostró su capacidad de presentarse con peligro ante la puerta de Julio Cesar, mientras que el Inter era incapaz de enlazar acciones y se limitaba a defender su área.

Los interistas parecían tranquilos porque en el primer tiempo la Roma empataba 0-0 con la Sampdoria y el scudetto estaba aún en el bolsillo. Pero en la segunda parte comenzó la pesadilla para el Inter. En el minuto 51, Inzaghi remataba de cabeza un pase desde el fondo del campo de Kaká, colocando el 1-0 en el marcador. La insistencia y la presión del Milan premiaba al equipo rojinegro, cuando Ambrosini robó un balón al borde del área, que cedió a Kaká, quien con un preciso derechazo batió a Julio Cesar en el minuto 56.

Sólo en este momento el Inter despertó del letargo y comenzó a entender que la Liga se le complicaba. El Inter cambió la cara y tomó las riendas del encuentro, pero era demasiado tarde pues su principal rival, la Roma, no perdonaba y en cinco minutos marcaba dos goles. Julio Cruz colocó el 2-1 final.

El Milan consiguió así su triple objetivo: ganar el derbi, aplazar el triunfo en el campeonato de sus históricos adversarios y, sobre todo, conseguir la cuarta plaza gracias a la derrota de la Fiorentina en terreno del Cagliari (2-1).