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Linarejos es la prueba definitiva

  • Los lucentinos, mermados en la zaga, buscan dar el golpe ante un rival directo

Hablar de Linarejos -quizás lo tercero más conocido de la ciudad tras la plaza de toros en la que Islero acabó con la vida de Manolete y sus majestuosas tapas- es hacerlo del grupo IV de Segunda División B. Es un campo mítico, vetusto, de esos que dan caché al que de allí sale victorioso. Y eso no es fácil. Pocos lo han hecho en los últimos cursos. El último, hace dos semanas, el vecino y eterno rival, el Jaén. Quizás la crisis económica que atraviesa el club sea la gran culpable, aunque muchos señalan al banquillo que ocupa Pedro Pablo Braojos. Ya se han olvidado que fue él el que salvó al equipo de la quema unos años antes de llevarlo a dos fases de ascenso consecutivas. Repetir gesta es el objetivo del proyecto actual.

Algo parecido busca el Lucena desde la atalaya de humildad en la que se ha instalado. Su condición de novato no le obliga más que a luchar por amarrar la permanencia. Pero este equipo es especial. Inconformista por naturaleza. Por eso se ha acostumbrado a habitar entre la nobleza de la tabla gracias, en gran medida, a las once semanas que lleva sin perder. Sólo le falta dar un golpe de efecto para asaltar la zona de play off. Y qué mejor que hacerlo en Linarejos ante un rival directo que llega a la cita herido tras romper en Talavera de la Reina una racha de cuatro partidos sin triunfar.

Antonio Montero, el creador -con el permiso de Jon Ander- de esa fiera llamada Lucena, tendrá que hacer encaje de bolillos para presentar un once competitivo en tierras jiennenses. Las sanciones de Rafa Berenguer y Belfortti han dejado al cuadro provenzal con lo justo en el eje de la defensa y en el centro del campo. Juanlu, que regresa tras cumplir con Competición, está llamado a acompañar a Argüello en la zaga. El resto, los mismos que empataron al Ceuta. Porque hasta que Albis regrese de Argentina con algún regalo en el zurrón, es lo que hay. Aunque, bien es cierto, que lo que funciona, mejor ni tocarlo.

También tendrá que retocar su equipo Braojos. El técnico azulillo tiene la ausencia obligada del sancionado Dani Bouzas. Su plaza podría ocuparla Carlos, que haría de enganche con el cangrejo Catanha, la gran referencia ofensiva de un Linares peligrosísimo en los costados con el cordobés Óscar Ventaja y Pedro Díaz. De lo que ellos sean capaces de producir dependerá en gran medida la suerte del Linares. Frenarlos debe ser la consigna del Lucena. Sólo así conseguiría sacar tajada del santuario de Linarejos.

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