ELCHE-CÓRDOBA · LA CRÓNICA

José, contra las cuerdas

  • El conjunto blanquiverde roza la zona de descenso y su entrenador queda en entredicho ante la mala imagen ofrecida por el grupo · Los locales escalan a costa de un triste Córdoba

Transcurridas 15 jornadas, apenas un tercio liguero, dos derrotas consecutivas en sendos desplazamientos dejan al Córdoba al borde de la zona de descenso y a José González contra las cuerdas. El entrenador gaditano trabaja y trabaja en pos de la tranquilidad, pero sus métodos no cuajan y la bola de nieve en su contra, tanto en el sentir de la afición como en el seno del consejo, ha ido creciendo. El director deportivo, Emilio Vega, fue testigo directo de un partido en el que el equipo acusó las bajas y se vio desarbolado por el brío de un conjunto que ha sacado la cabeza con tres nombres propios: el técnico Claudio Barragán, el omnipresente Acciari (se le echa de menos) y David Fuster, una promesa destructiva. El cuadro blanquiverde ya tocó fondo en el Martínez Valero la pasada temporada y vuelve a verse azotado por la zozobra, a merced de las olas, en plena tempestad. Javi Pérez siempre podrá decir que debutó en un encuentro traumático, aunque todavía no sabemos en qué medida.

Estaba el Elche listo para poner el balón en juego. Mientras, Yordi se desgañitaba, arengando a sus compañeros para que salieran enchufados. Endika se lo tomó al pie de la letra: falta sobre David Fuster, la gran baza franjiverde en ataque, a los seis segundos. No obstante, el Elche salió mejor posicionado y gozó de los primeros acercamientos: Raúl Navas metió la mano abajo para repeler un disparo de Saúl y blocó un balón envenenado tras un despeje que había rebotado en Usero. Saúl también probó fortuna con un golpe franco que se marchó alto, y David Fuster corrió la misma suerte en un zapatazo lejano.

La titularidad de Yordi daba al Córdoba opciones de ganar metros sin triangular demasiado. Aunque fiar la suerte a ese estilo es un arma de doble filo. En la primera pelota que bajó, el isleño metió un pase al hueco que Asen no vio. El pichichi del campeonato 07-08 pierde mucha efectividad cuando se aleja del área; de hecho, los dos primeros centros de Guzmán no encontraron rematador.

Evidentemente, el doble pivote local (Acciari-Usero) tenía mucho más empaque que el visitante: Endika y Javi Flores jugaban juntos por primera vez y sufrían para mantener la compostura. Sin ir más lejos, el de Fátima vio la primera amarilla del encuentro por cortar un avance de David Fuster, amenazante en todas sus arrancadas desde zona de tres cuartos de campo. Saúl e Iván Bolado también se asomaban como balas, conscientes de que la falta de sintonía entre los centrales y los pivotes constituía uno de los puntos débiles de su rival.

Mario se quedó enganchado en una internada de Iván Bolado, pero el asistente levantó el banderín. En la siguiente colada del Elche por la derecha, el centro del lateral Zubiaurre fue cortado con el brazo por Rubén. El árbitro, tras unos instantes de duda, señaló el punto fatídico. David Fuster fusiló a Raúl Navas con un zapatazo centrado.

Yordi quiso poner la réplica nada más sacar de centro: empalmó tras recibir de Asen –éste de espaldas a la portería, con los papeles cambiados- y el balón se perdió ligeramente desviado. Luego, previo servicio de Guzmán, dio una asistencia de oro a Javi Flores, quien no encontró puerta en su llegada desde la segunda línea. Lo peor es que esa acción se produjo ya con 2-0, porque, en pleno desconcierto por el penalti en contra, Usero agarró el balón en tierra de nadie y se sacó un zurdazo letal para Navas. Un golazo que dejaba al Córdoba contra las cuerdas.

Partiendo de la experiencia del campeonato anterior, José González ya sabía cómo se remontan dos tantos en el Martínez Valero. O, más exactamente, cómo te los remontan. Y eso pasa por dos aspectos: hacer las cosas muy bien y/o que el adversario se equivoque todo lo posible.

El efecto de la salida de Cristian Álvarez quedó pulverizado por una impecable maniobra de David Fuster, un chico surgido de la cantera del Villarreal al que le ha bastado este arranque de campaña para demostrar que puede ser un futbolista importante en Primera a corto plazo. Vertical a más no poder, decidido y al mismo tiempo sutil, el número 19 se marcó un jugadón para anotar el 3-0. Aún no se había cumplido el minuto 47.

¿Fútbol? ¿Vergüenza? ¿Qué le quedaba al Córdoba? Básicamente, un suplicio. La defensa estaba desorientada y los errores, sumados a la intensidad de los atacantes contrarios, invitaban a pensar en una goleada de ésas que marcan tendencias. La entrada de Pepe Díaz descargó a Guzmán de la responsabilidad de tragarse media hora más al son del Elche. Concretamente, al ritmo dictado por Acciari, ese futbolista que se escapó e imparte lecciones andando, o como mucho al trote cochinero. Por si fuera poco, es tan contundente sobre el césped como simpatiquísimo fuera del campo.

Por no tener, el Córdoba no tiene ni suerte. En el ecuador del segundo periodo, Javi Flores dio un excelente pase bombeado hacia su paisano Pepe Díaz, quien controló con la diestra y lanzó con la izquierda, superando a Willy Caballero. El portero, ya batido, vio cómo el balón se perdió pegadito al palo. El argentino también hizo la estatua en un modélico tiro libre de su compatriota Cristian Álvarez. A la antigua usanza, el volante diestro superó la barrera con una rosca directa a la escuadra. Quedaban 20 minutos, y por lo tanto había partido. Más a través de la ilusión que cualquier otra virtud, el Córdoba podía aferrarse a la fatiga de su adversario y a algún coletazo suelto. Javi Pérez debutó en Segunda en silencio, aunque no se arredró y puso su calidad al servicio de colectivo. Nada que ver con la atronadora ovación para despedir a David Fuster, el dueño del partido.

Los últimos minutos sobraron. Incluso el Elche cercó el portal de Raúl Navas con el propósito de hacer más daño. El Córdoba no podía permitirse el lujo de acumular más bajas –Yordi se había retirado con un golpe en el tobillo– y el combinado levantino ya tenía lo que quería: tres puntos con los que sale de la zona crítica de la clasificación. Mientras, el cordobesismo afronta el domingo con la certeza de que su equipo será el cuarto por la cola si el Eibar puntúa en el Rico Pérez ante el Alicante. Así de crudo.

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