Fútbol l Tercera División

Injustas tablas en el descuento

  • Un tanto con el tiempo cumplido impide que un buen Pozoblanco saque los tres puntos del campo de la Balona, conformándose con un empate que compromete su presencia en la fase de ascenso

Qué victoria se le escapó al Pozoblanco en La Línea, un partido en el que iban muchas de las aspiraciones del conjunto vallesano de meterse en la fase de ascenso. Gracias, muchísimas gracias siguen dando los locales por un punto que se encontraron en el descuento y que igual puede valer una liguilla. Porque con el empate de ayer, con ese tanto en el descuento, los gaditanos mantienen la cuarta plaza ante un Pozoblanco que puede acordarse y mucho de una oportunidad.

Y eso que el cuadro vallesano puso en entredicho a la Balompédica, que escuchó pitidos al descanso, murmullos de desaprobación en el tramo final y que se salvó en tablas gracias a la habilidad de Manrique y a la falta de concentración de la defensa pozoalbense en el tiempo añadido. Calcado a la primera vuelta. Cosas del fútbol, que no entiende de justicias ni injusticias, sino de momentos. Porque el Pozoblanco mereció ganar ayer en La Línea. Por fútbol, por ganas, por anticipación. Por casi todo.

El primer tiempo fue un monólogo del Pozoblanco, sobre todo en la zona ancha. Pablo Niño jugó a sus anchas y marcó el rumbo y el tiempo del partido. La Balona era incapaz de frenar al ex bético e Isidro le ganaba siempre la partida a Carlos Guerra.

La Balompédica, quién sabe si intimidada por la importancia del duelo, estaba agarrotada, en punto muerto. El equipo de casa regaló, literalmente, la primera mitad. Y el Pozoblanco, que no sentenció porque tenía problemas para enlazar el último pase, se adelantó con un balonazo largo que David Pérez no midió bien, dejó que lo vomitara el larguero y que Isidro rentabilizó ante la atenta mirada de Espínola.

Diez minutos después, el árbitro ignoró un penalti claro sobre Isidro, pero se quedó con la copla de que tenía una deuda y antes o después tenía que saldarla.

Baby buscó la revolución en el descanso con Copi, Manrique y Noel arriba. La Balona fue a por el partido, algo que no había hecho antes. Unos y otros captaron el mensaje y a las primeras de cambio Carlos Guerra igualó el partido. En los siguientes cinco minutos el Pozoblanco acusó el golpe y fue el único periodo en el que la Balona se vio superior.

Poco a poco el equipo de Los Pedroches volvió a tener el mando y en el 64' Marín le entró por detrás a Isidro, que exageró la caída. Era medio penalti, pero como el árbitro ya tenía el otro medio pendiente desde antes del descanso, se lo concedió a los visitantes. Y Raúl Balsera hizo el 1-2.

A partir de ahí, la Balona escenificó el desasosiego, la incapacidad de un equipo atenazado, sin chispa, que quería llegar y no sabía cómo. En el minuto 91 Pablo Niño se fue en medio de una ovación que llevaba implícito un "a ver si alguna vez nos toca aquí uno como tú, chato". Sólo unos segundos después, Barrios botó una falta desde el semicírculo y Manrique fue el más listo de la clase para hacer el empate. El decimoséptimo de la Balona, pero suficiente para amargar la tarde a un buen Pozoblanco.

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