Levante | córdoba · MARCAJE AL HOMBRE

Ilusión renovada, imagen calcada

  • Arteaga se siente más cómodo con el esquema de Luna, pero no aprovecha sus intervenciones · En el Ciudad de Valencia actuó de extremo y en la mediapunta · Terminó agotado por el tremendo esfuerzo

El juego ofensivo por el que apuesta Juan Luna Eslava favorece las capacidades que poseen gran parte de los integrantes de la plantilla blanquiverde. A priori, la marcha de José González y la llegada del técnico de Fernán Núñez suponían un estímulo para jugadores con marcado carácter ofensivo, como es el caso de Arteaga, prácticamente desaparecido en los últimos meses y sin continuidad dentro del once inicial. El propio jugador mostró su satisfacción con el cambio de técnico. Se esperaba un cambio. Pero quedaba lo más importante: darle la razón al nuevo entrenador. Ante el Levante parecía recuperar la ilusión, pero las sensaciones apenas distaron de las exhibidas con el gaditano en el banco. Más amagos que otra cosa.

Ayer, sobre el césped del Ciudad de Valencia, el sevillano no se asemejó al Arteaga de antaño, ése que desbordaba en cualquier instante, gozaba de una velocidad insultante para el rival y era capaz de dejar destellos de calidad en cualquier despiste de la zaga contraria. Pese a ello, lo intentó y buscó la portería contraria, aunque sin demasiada fortuna. La suerte no está en el diccionario del cordobesismo.

Durante los instantes iniciales de la primera mitad se le vio dedicado a las labores defensivas. Rubén se veía necesitado de ayuda y Arteaga -quizás aún con las consignas de José en la mente- apenas miró hacia delante. Cerra y Xisco Nadal, los dos levantinos encargados de la banda diestra, se lo impedían. Aunque, con el paso de los minutos, se desquitó de la presión de los rivales y estuvo más participativo. Se le notaba con más implicación, consciente quizá de que sobre él descansaban muchas miradas y también grandes esperanzas del cordobesismo.

Además, la mayor parte de las ocasiones de peligro de los blanquiverdes llegaron por la banda opuesta. Cristian se mostró incisivo, al igual que Asen y Javi Flores, que tuvo una gran ocasión en el arranque del choque, un hecho que le restaba protagonismo.

Sobrepasada la media hora de juego, el extremo dibujó una jugada por su banda, aprovechando la cesión de un compañero en largo. Caracoleó e intentó disparar con la diestra, pero Cerra interceptó el lanzamiento.

Tan sólo dos minutos después, Arteaga regateó a Pallardó por dos veces en el centro del campo, cuando intentaba darle salida al juego ofensivo del plantel blanquiverde. El centrocampista cedido por el Valencia le agarró y se ganó la amonestación por parte de Hevia Obras.

Eran los minutos con mayor protagonismo del sevillano, pero algunas de sus carencias se destaparon en el minuto 36, cuando intentó colgar el balón al área por dos veces. En la primera de ellas el cuero se estrelló en el cuerpo de Cerra, mientras que en la segunda, el esférico acabó en las manos del meta Mora.

Tras el intermedio, cuando el Córdoba ya jugaba con un efectivo menos y estaba por detrás en el electrónico, el interior zurdo dio lugar al primer acercamiento. Fue zancadilleado cerca del vértice del área, pero Cristian Álvarez no aprovechó la ocasión a balón parado. Al Córdoba se la iba diluyendo ya el crédito.

En el segundo acto, Arteaga, obedeciendo a Luna Eslava, adelantó su posición para ejercer como mediapunta, ya que la expulsión de Navas en el descuento de la primera mitad obligó a sustituir a Yordi, por lo que Asen se quedaba como el jugador más adelantado del equipo.

Con el partido roto y un equipo desmoralizado -con nueve sobre el césped-, la figura del atacante desapareció sobre el terreno de juego, aunque no se borró, pues siguió buscando el balón en todo momento, pero no gozó de suerte. Al cuarto de hora, sucesivas paredes por su banda con Asen les llevaron a plantarse en el área rival, pero la zaga estuvo atenta para arrebatarle el cuero al ariete. A partir de entonces, y con el tercer gol, el partido quedaba sentenciado y el trabajo de Arteaga sin recompensa.

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