vela lBarcelona World Race

Honores para el 'Virbac Paprec 3'

  • El barco de Jean Pierre Dick y Loick Peyron cruzó la línea de meta a las 12:20

A las doce del mediodía, el Virbac Paprec 3 cruzó la línea de llegada de la Barcelona World Race, que, tras zarpar el pasado 31 de diciembre, finalizó ayer. El barco que patronean los franceses Jean Pierre Dick y Loick Peyron ha tardado en completar las 29.075 millas del recorrido un total de 93 días, 22 horas, 20 minutos y 36 segundos, a una media de 11,8 millas a la hora. Ésta es la segunda victoria de los galos con los mismos patrocinadores, pero, a diferencia de la anterior, con un barco nuevo que fue botado para esta regatal.

En la primera edición de la regata el Paprec Virbac la finalizó en 92 días, 9 horas, 49 minutos y 49 segundos, una prueba que tuvo un recorrido de 28.555 millas, 520 menos que la de este año. El barco francés ha parado dos veces para reparar averías, una en Recife (Brasil) y otra en Wellington (Nueva Zelanda), se colocó líder el 23 de enero y desde entonces ha ocupado esa posición hasta cruzar ayer la línea de llegada. El único barco que le ha puesto resistencia ha sido el español Mapfre. El barco de los campeones olímpicos Iker Martínez y Xavi Fernández, se situaba en el parte de posiciones de las 16:00 de ayer al Este de Ibiza y a 152 millas de la línea meta, navegando con muy poco viento a una velocidad de 8,3 millas, y en circunstancias algo penosas, pues se habían quedado sin comida y sin combustible, por lo que no pueden ni encender el motor para cargar baterías. La llegada la tienen prevista entre las 12:00 y 15:00.

En cuanto al grupo perseguidor, el próximo en entrar en el Estrecho de Gibraltar será el también español Renault, al que ayer le quedaban tan sólo 36 millas. Por detrás continuaba el Estrella Damm a 217 millas, seguidos de Neutrogena, Gaes, Hugo Boss, FMC y Roca.

El último clasificado, el Central Lechera Asturiana, que llevaba navegando tan sólo 4 días desde su última parada en Wellington, donde ha permanecido 27 días, ha vuelto a romper, esta vez la cuaderna del casco donde está posicionado el motor. Ha tenido que dar la vuelta y poner rumbo a Auckland navegando casi sin mayor, con la quilla al centro y con una vela muy pequeña en proa para evitar forzar la estructura del barco. Está ciñendo contra una borrasca con vientos de 40 nudos y olas de más de cinco metros. Patético final para una más que deportiva y entusiasta tripulación.

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