Linares | lucena · la crónica

Engullido por la marea azul

  • Adiós a la racha El Lucena perdió en Linarejos después de once semanas saboreando alegrías La diferencia El Linares marcó en sus tres primeras llegadas ante un rival errático

La leyenda, la historia del mítico Linarejos, se comió a un Lucena que arribó a tierras jiennenses como equipo menos goleado -y derrotado- del grupo IV y salió con tres goles en su zurrón tras la lección de efectividad del conjunto de Pedro Pablo Braojos. Porque el Linares, que no fue mejor, demostró que los tiempos de crisis que lo perseguían en las últimas semanas han pasado a mejor vida. Ha regresado para no irse más, para seguir como aspirante a un ascenso que acarició en los dos últimos cursos. Si mantiene la pegada que mostró en la visita del cuadro provenzal tiene mucho ganado. Hizo diana en sus tres primeras llegadas claras en una primera mitad de matrícula de honor ante la que la notable actuación lucentina ni siquiera sirvió para mantener viva la llama de la ilusión tras al paso por los vestuarios.

El Lucena, pese a ser consciente de que llegaba a uno de los campos más difíciles de toda la categoría, salió dispuesto a asustar. El balón pasó a ser propiedad de la medular celeste, que empezó a marcar el ritmo. Siempre pausado, siempre cansino para sorprender con esa marcha más que tiene en ataque. La primera bala la disparó Velasco, que se plantó ante Moso, que le superó en el uno contra uno.

El susto despertó al Linares. Los murmullos de la grada, crítica tras la última derrota en el derbi provincial con el Jaén, hicieron de despertador para el cuadro local. El ring llegó también al área lucentina y Toni García no tardó en demostrar que está muy despierto cuando Pedro Díaz le obligó a sacar a pasear las manoplas con un disparo desde la frontal.

El siguiente aviso linarense ya no encontró respuesta en el meta cordobés. Óscar Ventaja sacó a pasear el guante que tiene en su pierna izquierda y puso un balón en el corazón del área para que Cidoncha se adelantara a su par para cabecear al fondo de la red. Era lo peor que le podía pasar al Lucena. Porque el Linares es un rival temible a la contra, un muro difícilmente franqueable.

La tripleta atacante del equipo de Antonio Montero siguió intentándolo, pero chocaba una y otra vez con la muralla azulilla. Y si no, el árbitro echaba una mano. O la vista hacia otro lado para obviar una caída de Guille en el área de Moso que tenía todos los visos de ser penalti o anular un tanto a Cabello por un dudoso fuera de juego. Todo lo contrario ocurrió en la siguiente llegada del Linares. Óscar Martínez ganó la espalda a la defensa como el beneplácito del asistente y definió a la perfección ante Toni García.

El gol dejó herido de muerte al Lucena. Y por si fuera poco, cuando Nene esperaba como agua de mayo el descanso para tratar de dar un giro radical al partido llegó la sentencia final. Óscar Ventaja inició una contra mortal y puso el balón en el segundo palo para que Pedro Díaz reventara las mallas con un cabezazo en plancha.

Pese a tenerlo todo perdido, el Lucena siguió dando la cara en el segundo periodo. Cristorí y Pineda entraron para dar otro aire al ataque lucentino. Y el hispano-argentino dispuso de una inmejorable ocasión, pero volvió a toparse con la retaguardia azulilla. Más clara aún fue la oportunidad malograda por Velasco en el tramo final, pero su disparo se topó con el larguero con el meta local ya batido. Ayer no era el día. Sólo queda pensar que en el futuro, no todos los rivales tendrán la pegada del Linares.

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