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Dumoulin afronta la semana decisiva

  • Quintana vela armas con la convicción de recuperar su desventaja de 2,41 minutos en la alta montaña

Tom Dumoulin (Sunweb) y Nairo Quintana (Movistar), separados en la general por 2.41 minutos en favor del primero, disfrutaron de la tercera jornada de descanso echando cálculos ante una semana con abundante montaña, con puertos míticos como el Mortirolo, Stelvio y Pordoi, dos finales en alto y una contrarreloj final que podría guardar la emoción hasta el último metro.

La Mariposa de Maastricht se está mostrando como un sólido líder, capaz de aguantar en el terreno de Quintana -si bien los puertos ascendidos no han sido los más exigentes- y de arrasar en el suyo: la crono. Hay quien ve en Dumoulin un corredor similar a Miguel Indurain. De momento, con 26 años, exhibe un gran estado de forma y loable comportamiento en carrera, que lo ha llevado a contar con una jugosa ventaja sobre el colombiano. ¿Será suficiente?. Es la pregunta del millón del Giro del Centenario, que mantiene el interés en lo más alto.

Tras la jornada de descanso, el Mortirolo y el Stelvio serán los platos fuertes de hoy

El receptor de la citada pregunta es Nairo Quintana. El mejor escalador del pelotón, el hombre llamado a revertir una situación que se le atragantó con los tres minutos perdidos en la crono de Montefalco. Sabe que tiene montaña y finales en alto por delante para quemar las naves. El ganador del Giro 2014 y de la Vuelta 2016 sigue soñando con dar el primer paso en el año del doblete Giro-Tour.

Será el duelo estelar en los próximos seis días, donde esperan fuertes emociones: la lucha por la maglia rosa y por el podio. No es un Giro cualquiera, es el número 100 y las plazas del podio estarán cotizadas. El francés Thibaut Pinot (Francaise), a 3.21 minutos, tendrá voz y voto, y del Tiburón Vincenzo Nibali (Bahrain) se espera el abordaje en cualquier momento.

El día de descanso en el Giro lo utilizaron los corredores para realizar entrenamientos suaves e ir haciéndose a la idea de lo que les espera. Hoy deberán tener las piernas listas para afrontar la etapa reina entre Rovetta y Bormio, de 227 kilómetros. Espera el Mortirolo, que será la Subida Scarponi, por su cara menos dura, la de Monno, con 12,6 kilómetros al 7,6% de pendiente media. Luego el Stelvio (21,7 kilómetros al 7,2%) y el Umbrailpass (13,5 kilómetros al 8,4%). De ahí a meta en bajada vertiginosa.

Mañana, 219 kilómetros de puro desgaste con Aprica y Tonale, y el miércoles una etapa explosiva: 137 kilómetros ascendiendo el Pordoi, el Valparola, el Gardena, el Pinei y con final en Ortisei tras coronar Pontives (de primera categoría con 9,3 kilómetros al 6,8%) a 4 kilómetros de meta. Si la general no queda clara aún restarán dos días más de montaña y una contrarreloj desde el Autódromo de Monza de 27,6 kilómetros hasta el Duomo de Milán, donde espera la gloria para el campeón del Giro.

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