fútbol segunda división b

Descenso con polémica incluida

  • El Córdoba B cae ante el Mérida en un duelo que concluyó envuelto en protestas y lamentaciones

  • El árbitro anula a Sebas el que hubiera sido 2-1

Soler llora amargamente mientras es consolado por algunos compañeros, tras el partido de ayer.

Soler llora amargamente mientras es consolado por algunos compañeros, tras el partido de ayer. / fotos: d. arellano

Esperpéntico. Así se podría catalogar el desenlace final de un choque que devuelve al Córdoba B a Tercera División dos temporadas después y que concluyó con la victoria final del Mérida. Un alargue que no tenía razón de ser -seis minutos- un gol legal anulado a Sebas Moyano, ya en el añadido que hubiera supuesto el 2-1 para los cordobesistas y una permisividad importante del colegiado para todas las acciones de los emeritenses acabaron con un desenlace que sólo unos minutos antes no hubiera pensado nadie.

Tras el gol anulado a Sebas y las protestas blanquiverdes, el linier concedió el gol, pero las quejas de los jugadores del Mérida recondujeron la situación y se pasó del todo a la nada en décimas de segundo. Más aún, el Mérida montó un rápido contragolpe que se vio obligado a cortar en falta fuera del área Marcos Lavín. El árbitro le mostró la segunda cartulina amarilla y fue expulsado. Kike Pina, con Esteve como portero, marcó el definitivo tanto que daba la victoria al Mérida y hundía al filial.

Protestas, rifirrafes, llantos y lamentaciones en un final inimaginable varios segundos antes

Al señalar el colegiado el final, las protestas cordobesistas se intensificaron y hubo rifirrafes importantes hacia el árbitro y entre jugadores de ambos equipos, con unos minutos intensos y dramáticos con los jugadores del filial llorando y tirados en el suelo desconsolados por el descenso.

El Mérida quiso imponer su ley desde el inicio, pero más por fuerza que por juego. Trataba de amedrentar a los blanquiverdes con una presión desmedida, al límite. De esta forma trabó el juego impidiendo la fluidez en la circulación del filial, además de ejercer una presión alta para impedir su salida con el balón jugado.

El duelo comenzó sin respiro, uno y otro equipo eran conscientes del valor de los puntos y las consecuencias de no sumar el triunfo. Más el Córdoba, que necesitaba la victoria pues al Mérida le podía bastar con el empate. La tensión se mascaba en todos los protagonistas, si bien los visitantes trataban de tirar de veteranía. Sebas Moyano fue el primero en crear peligro y de inmediato, en un centro de Filip Jankovic por la derecha, empaló Quiles alto.

El Mérida realizó su primer disparo por medio de Julio de Dios, antes del ecuador del primer periodo. Poco después la tuvo Germán, a la salida de un saque de esquina que peinó Chema Mato, pero con todo a favor, mandó el balón por encima del larguero.

No había respiro, el balón duraba escasos segundo en los pies de los cordobesistas, aunque Esteve trataba de repartir a uno y otro costado. En un envío largo sobre David Moreno, se zafó de dos rivales y cedió atrás, pero el disparo de Andrés se estrelló en un defensor. En los mejores minutos de los blanquiverdes, Andrés peleó hasta la extenuación un balón robándoselo a Javi Chino, pero su centro raso no encontró rematador. Sin dar tiempo a respirar a los emeritenses, Esteve lanzó un magnífico pase de cincuenta metros que pelearon en la esquina del área grande Sebas y Andrés. El balón le cayó a Quiles que desde el balcón del área lanzó un misil a la escuadra de Felipe Ramos, inaugurando el marcador. Hasta el descanso, Marcos Lavín se estiró evitando el gol en una falta botada por Santi Villa.

Tras la reanudación, el Mérida dio un paso al frente, no le quedaba otra. La entrada de Iván Aguilar le dio mayor mordiente al ataque visitante. Soler se vio obligado a cortar en falta una penetración del atacante visitante e instantes después Germán reclamó un penalti cuando Esteve le sacó el balón con limpieza.

Al Mérida, conforme pasaban los minutos comenzó a pesarle el gol en contra. El filial intentaba mantener la posesión del balón, haciendo correr y desesperarse a los extremeños. Quiles estuvo a punto de cazar un envío de Esteve y una entrada de Sebas Moyano, al filo de la hora de juego, no encontró rematador.

La defensa blanquiverde se fajaba continuamente con la mayor envergadura de los atacantes visitantes, siempre con la ayuda de David Moreno y los dos pivotes, en los centros laterales que tenían como principal arma los emeritenses. Siempre trataban de salir jugando y cuando no, buscaban en largo sobre Andrés, Quiles o Sebas Moyano, que pasada la hora de juego y tras una cabalgada de David Moreno, buscó sorprender al meta Felipe. Y el propio David hizo lucirse al meta emeritense con un disparo colocado que salvó a una mano.

El técnico visitante se la jugó prácticamente a la desesperada y sacó del campo a un mediocentro para dar entrada al espigado Javi Gómez, ex jugador del Lucena. El partido se rompió en los últimos minutos. Tras la igualada de Aguza, el gol anulado a Sebas Moyano y el posterior de Kike Pina, finiquitaron un duelo que acabó entre llantos y lamentaciones de los blanquiverdes.

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